El matrimonio Aznar-Botella ha protagonizado un traspaso de poderes al más puro estilo Clinton. Tras ocho años en el Gobierno, José María Aznar ha dejado el testigo a su mujer, ahora Alcaldesa de Madrid, y se conforma con ser, entre otras cosas y sin abandonar sus negocios, doctor honoris causa de la Universidad de Milán y patrón de barco amateur. Con el nuevo nieto, Aznar verá asegurada la continuidad de su apellido.
Ana Botella, por su parte, ha pasado de ser primera dama y consorte a protagonista. Siempre elegante, poco atrevida, se ha hecho un hueco en el mundo de la política recordando vagamente a Esperanza Aguirre, con la que coincide en presentaciones y ruedas de prensa y, por otra parte, en ese estilo de traje de chaqueta, broches y zapatos cerrados de tacón medio.
José María Aznar Junior, el primogénito del matrimonio Aznar-Botella, casado y a punto de ser padre, es el miembro más discreto de la dinastía. Ha elegido vivir apartado de los flashes, no frecuentar fiestas ni otros actos sociales, y labrarse un futuro en el mundo de las finanzas en EEUU y Londres. Por el momento, no ha dado señales de interés por la política, terreno en el que su madre se he convertido en absoluta protagonista. Se le conoce un desliz, cuando fue detenido en Italia por conducir un flamante Porsche a 160 km/h, pero no ha sido reincidente.
El 17 de diciembre de 2011 Mónica Abascal entró oficialmente en la familia Aznar Botella al contraer matrimonio con José María Jr., en una boda mucho menos opulenta pero igual de romántica que la de la 'hermanísima', Ana Aznar. Abascal, diseñadora de bolsos de cocodrilo en la firma Vega Cárcer, que fundó junto a su hermana, mantiene una magnífica relación con sus suegros, cuñados y demás miembros de la saga, y se mantiene discreta ante la prensa.
Aunque José María Aznar muestra tener mucho 'feeling' con Mónica, la niña de los ojos de papá es Ana Aznar, a la que casó a bombo y platillo y con todos los rigores aristocráticos habidos y por haber con Alejandro Agag en 2002. Mientras su marido mantiene sus negocios vinculados a la F1, ella es, sobretodo, una abnegada madre de cuatro hijos: Alejandro, Rodrigo, Pelayo y Alonso.
El dandy de la familia, que ha heredado de sus padres el gusto por dejarse ver, es Alonso Aznar. El benjamín de los tres hijos de José María Aznar y Ana Botella vive en Londres, desarrollando su carrera profesional –también en la banca- y, sólo en algunas ocasiones, cada vez más contadas, deja ver su lado bohemio y alocado, cuando se rodea de celebrities, se viste de hippie y se ríe a carcajadas. Llama la atención, en cuanto a su aspecto, que es un chico muy 'divinity' que no se corta a la hora de lucir tirantes, pañuelos y una cuidadosamente despeinada melena. Si hay que apostar por alguien, Alonso tiene todos los puntos para convertirse en el heredero político de José María Aznar y Ana Botella.
A finales de año, a los cuatro nietos del matrimonio Aznar-Botella se les unirá el retoño de José María Junior y Mónica Abascal, que seguro traerá cientos de instantáneas enternecedoras y más opciones de futuro para la gran familia. Y es que, pese a este intenso repaso a la vida y obra de la saga, esto sólo es el principio.