Así son los chicos de La Rojita olímpica
divinity.es
26/07/201200:10 h.DE GEA
Desde que le dio por robar un donut en un centro comercial de Manchester se nos hace complicado dejar de comparar su perfil y sus pelos con los del hijo de Hommer, Bart Simpson. Porque De Gea es un porterazo, titular del Machester United con sólo 21 años, que se dice pronto. Pero también tiene un corazón de niño. Con su novia Edurne le vimos, y no olvidamos, en un parque de atracciones pasándoselo pirata. No en vano, él eligió la portería porque lo que le gustaba de fútbol era, en sus propias palabras, tirarse y revolcarse por el suelo. Y luego, que su madre le cosiera los agujeros en las rodilleras. También es adicto a los videojuegos. Su primera consola fue una añorada Sega Mega Drive y en el Atlético se metía buenas sesiones con Reyes y con el Kun. Lo que no quita que fuese objeto de las bromas del vestuario por su juventud. Vaya por delante que en su debut le llenaron la cama del hotel de miel. Y en otra ocasión, grabado por las cámaras, Reyes le dio un bofetón mientras le hacían una entrevista por teléfono. Con los chicos olímpicos y las categorías interiores de La Roja, también hay alguna que otra broma con De Gea soplando las berzas y los demás alrededor.
MARIÑO
El suplente de De Gea es de Vigo. Por lo tanto, raro sería que se chupara los dedos con las buenas mariscadas. Ya sea en Baiona con los amigos como en casa de sus abuelos, en la aldea. Aunque tampoco le hace ascos al churrasco, a las hamburguesas, a las tortitas ¡cualquier cosa que se coma aparecerá en su Twitter! Uno de los insultos más singulares que utiliza es “caramono” y le gusta jugar al padel, “dando espectáculo”, suele decir.
AZPLICUETA
Tiene nombre de vino, pero su familia no es bodeguera. Se considera, tal y como dijo en el Diario de Navarra, un chico de la calle, amigo de sus amigos, “con su novia y su familia”. Estudia Empresariales y en su casa cuidado con catear muchas, que su madre es profesora de primaria y siempre ha estado encima de él. También le gusta jugar a la Play. De hecho, insiste en que es un joven de su edad como cualquier otro, y como si tuviera que demostrarlo, dice que corta por lo sano todas las conversaciones de fútbol que surgen fuera del terreno de juego. En el bus del equipo suele entablar conversaciones con quienquiera que le pongan al lado. También insiste en que es de lo más extrovertido. Y muy divinity: le gusta ir a comprar ropa y también juega al padel, como Mariño, y adora el chocolate. ¿Gustos musicales? El único concierto al que ha ido es de la Oreja de Van Gogh.
DOMINGUEZ
Considerado uno de los sex symbols de la selección, Domínguez tras los Juegos de Londres dirá adiós al fútbol español para probar suerte en Alemania después de una larga trayectoria –toda su vida- en el Atlético de Madrid. Álvaro es muy inquieto, flipa con Juego de Tronos al mismo tiempo que pide que le recomienden juegos para el iPad porque se aburre. Eso sí, es de los que se decantan por el pádel. También fanfarronea con que es “invencible” en este deporte. Y hay que añadir en su historial que le molan los karts. Ha pasado las vacaciones de este año en Ibiza y es de los que se presenta en las bodas con zapatillas y un fular que no ha abandonado este año ni con el traje oficial del Atlético: estilazo. Exactamente el mismo look con el que el pasado día de Navidad vio la misma del Papa in situ, en Roma.
MONTOYA
El perfil más emotivo de toda la selección olímpica es sin duda el de este jugador del FC Barcelona. Su madre murió tras una larga enfermedad y él se emociona cada vez que la recuerda, le encantaría que pudiera verle dar sus primeros pasos como profesional. Vive con su padre, un trabajador de los que se levantan a las seis menos cuarto para ir al tajo. Su novia se llama Maite y ambos comparten la misma pasión: Los bulldog ingleses. Donde los demás ponen fotos en los karts, él las tiene subido a una avioneta. Nivel.
BOTÍA
Uno de los guapos muy guapos de la selección. Su peinado, a lo Grace Jones, le hace ser inconfundible sobre el terreno de juego. También le gusta mucho ir de compras y tiene dos tatuajes con frases que le sirven para darse ánimos, por lo que le colgamos la medallita de tío Divinity, aunque fue expulsado por volarle una pierna a Cristiano Ronaldo en una entrada. Fue criado futbolísticamente en La Masía, donde pasó ratos poco agradables, como todos los jugadores que están lejos de la familia cuando son jóvenes. En su caso, dejó su pueblo y a sus amigos, a los suyos, a los 14 años. Pese a que en las categorías inferiores del FC Barcelona hacen lo posible para que sus pupilos estudien, Botía reconoce que lo ha ido dejando de lado. Ahora, está centrado en intentar aprender inglés a la perfección y algún día, tal vez, puede que se dedique a hacer lo que le hubiera gustado de no ser futbolista: hacerse profe de Educación Física. También adora los bulldogs, como Montoya y su novia, pero él por ahora está soltero. Lo que podríamos catalogar como soltero de oro. Le chifla Ibiza, su marca de coche favorita es Audi. Sus actores preferidos son Bad Pitt y Penélope Cruz y su ídolo, fuera del balompié: Michael Jordan.
JORDI ALBA
Cualquiera diría al verle correr la banda como un rayo que su afición favorita en esta vida es dormir, pero así es Jordi Alba, eléctrico sobre el terreno de juego, tranquilo y familiar fuera de él. Tan tranquilo que es cofrade de la Virgen de la Cabeza, a la que dedicó una camiseta del Valencia con el dorsal 17. No es extraño, por tanto, que sea una persona muy casera, que le guste hacer bromas con los suyos y que lo que más le guste en esta vida sea el perfume de su novia.
ÍÑIGO MARTÍNEZ
Es el niño burbuja de la selección, el único que no ha pasado la varicela de toda la concentración y se teme que por ello pueda causar baja. Los doctores de La Roja le vigilan día y noche. Pero cuando llega a su casa le cuida su ama ¡y cómo le cuida! Siempre que puede le prepara alubias, su plato favorito. Íñigo, por otro lado, dice que las chicas de su pueblo no le gustan, que no son guapas. De ahí que tal vez se lo pase mejor jugando al parchís, la brisca, cuando no el póquer, y las nenas “como amigas”. Enamorado de salir por ahí al aire libre, le encanta la playa y el monte y no es exactamente del club del pádel, él es de los que juegan a pala.
JAVI MARTÍNEZ
Tiene el honor de haber recibido un corte de mangas del mismísimo Critiano Ronaldo. Una especie de bendición para Javi, que es imagen de una marca de calzoncillos, 'Soy Underwear'. Además, es uno de los futbolistas más integrados en esta selección, también forma parte de los veteranos fichados de La Roja, y conoce bien a sus compañeros del Athletic. No en vano, en las redes sociales aparece en cientos de fotos haciendo el ganso con ellos. A su chica ideal le pide un detalle un tanto excéntrico, que le guste el sushi. Quiere estudiar periodismo y su autor literario favorito es Ken Follet. En cuanto a música: El canto del loco y la música negra en general. Otro dato: Fue el primero en probarse el polémico chándal olímpico.
ANDER HERRERA
El mejor amigo de Muniain. O sea, amigo del mayor gamberro de la concentración. A Ander no le gustan las estrellitas. Y por eso está a gusto en el Athletic, porque dice que ahí juega “gente normal”. Y además, hay cachondeo. Nacido en Zaragoza, se llama Ander en memoria de un amigo vasco de su padre que se mató en un accidente de tráfico. Si no, dice, le hubieran llamado Carlos como a su abuelo. En los estudios pica de flor en flor. Lo ha intentado con Relaciones Laborales, Periodismo y Derecho, pero no se conoce que haya terminado ninguna. ¿Música? Fan de Calamaro.
ISCO
Metido hasta el cuello en las redes sociales, llegó a barajar abrirse otra cuenta de Tuenti después del Mundial sub-17 de Nigeria porque la que tenía se le inundó de fans. Por supuesto, también está en Twitter y en la selección es de los que se pueden pasar horas jugando a la Play en la habitación. La experiencia del citado campeonato le marcó mucho. Por primera vez vio a su alrededor a gente que no tenía nada que comer. Es que es un chico sensible. Cuando jugó en el Valencia le costó soportar la distancia que le separaba de sus padres y tuvieron que ser ellos los que le animaran a seguir, sino se habría vuelto, reconoce. Aunque si lo hubiera dejado lo mismo ahora también estaríamos escribiendo estas mismas líneas pero en otra sección de Divinity, porque dice que de no jugar al fútbol le habría gustado ser actor. De hecho, va mucho al cine y en el timeline de su Twitter puedes leer cómo cuando vuelve de la sala le echa la bronca a los amigos que le han recomendado una película mala. Veranea, como muchos actores españoles, en la zona de Caños de Meca. Le vuelve loco la playa de Bolonia. Eso sí, nada de hipismos, es de los que le dan al pádel de esta selección y además, a su compañero Sergio Canales, le prometió unas vacaciones en Miami. Y su opción Divinity: Dolce & Gabbana.
KOKE
Saltó a la fama por su juego y los últimos títulos obtenidos con el Atlético de Madrid y también, sin darse cuenta, por llevar una bufanda con un símbolo del III Reich en una de las celebraciones. Nada que le hiciera mella, porque él está “viviendo un sueño” con su incipiente carrera futbolística. Eso sí, en la selección ni Play, ni pala, ni pádel: directamente juega al tenis. Pero luego no se le ven en los glamurosos palcos del Open de Madrid, por ejemplo, va a eventos de tan poco relumbrón como el campeonato de España de Taekwondo. Valga como ejemplo que también ha sido visto jugando al minigolf en una concentración de la selección española. Dice que puede dar clases a los que le reten. Por otra parte, sus gustos musicales pasan por lo nacional, se declara fan del Barrio y de Dani Martín. Y también acude a espectáculos como El Circo del Sol.
MUNIAIN
Es el totum revolutum de la selección y del Athletic de Bilbao. Hasta resulta difícil decidir por dónde empezar a describirle. Lo primero es que a pesar de su imagen de enfant terribe, tiene mucha, mucha mamitis. En las redes sociales le ha puesto más de un mensaje de cariño a La Única. Y a partir de ahí, la locura: en las concentraciones sus reuniones nocturnas son legendarias. Juegan al parchís, timbas de póquer semiprofesionales y en ellas presume de ingerir impunemente “el alimento típico de un deportista antes de un partido” –tal y como él bromea- “colacao y tostadas con Nocilla”. Por su peinado le han comparado infinidad de veces con Bart Simpson. Su estilista se llama Iñaki, de la Peluquería Arco, y le ha dedicado un gol que marcó ante el Mirandés, con la intención de que el próximo look se lo haga gratis, según dijo. Opción de veraneo, Ibiza. Musical, Melendi y Pignoise, el grupo de Álvaro Benito. Por lo demás, es un auténtico adicto a la Play. Ander Herrera contó de él que en una ocasión, tras muchas derrotas, manipuló el nivel de los jugadores durante una siesta y… volvió a perder. Hasta juega también con Sergio Canales al FIFA en modo online.
MATA
Pese a su insultante juventud, es uno de los veteranos del equipo, uno de los repescados mayores de 23 años que permite el reglamento. Mata viene de ganar la Champions con el Chelsea y la Eurocopa con España. Colgarse la medalla de oro para culminar el verano puede ser una sensación muy cercana al orgasmo. Porque Mata vive entregado a su profesión, el fútbol, y este verano se está perdiendo su afición favorita: viajar. Algo que ya le resulta bastante difícil con el calendario laboral de un grande de Europa. Por lo pronto, como su compañero Oriol, vive encantado en Londres, una ciudad que adora. Y por otro lado, Mata está sensibilizado con la situación de crisis económica que vive España. Asegura que tiene amigos y familiares que están en el paro buscándose la vida. Él, por lo que pueda pasar al final de su carrera, estudia Educación Física y Marketing. Sin tatuajes, sin cochazos, en cualquier entrevista que encuentres de él verás que insiste en un objetivo, una obsesión: ser normal. Normal que entonces le guste un grupo tan raro como los Pixies.
ORIOL
Vecino de Juan Mata en Londres, está tan hecho a la ‘city’ que confiesa que le costaría volver a conducir por la derecha. Sólo le falta el bombín para ser más inglés, aunque a eso de que se haga de noche a las seis de la tarde dice que no se acostumbrará en la vida. Sin embargo, al contrario que la mayoría de sus compañeros, no está metido en las redes sociales hasta el cuello. Ocho tristes tuits tiene su timeline. Ir a los Juegos Olímpicos era su sueño, a ver si alimenta ese Twitter estos días.
ADRIÁN
Hijo de un minero jubilado, es el mayor del grupo y forma parte de los jugadores de la Rojita Olímpica que se decantan por el pádel en lugar de por la Play. Aunque sí que tiene vicio con el Apalabrados, al igual que medio país, y suele desfogarse con Ander Herrera. Fuera de los terrenos de juego asegura que hace poco deporte. Al contrario que su colega Mata, Adrián ha podido disfrutar de unas vacaciones pata negra en Costa Rica donde se le ha visto con un bañador oscuro y unas gafas de pera muy al estilo Cristiano Ronaldo. Sumado a que cuando sale del vestuario de entrenar suele llevar ‘mariconera’, un clutch masculino, está hecho todo un it-boy. Es seguro que le gusta el cine, y si Al Pacino no es su actor favorito, tiene que gusarle, porque tiene una camiseta del protagonista del Padrino. ¿Música? Pereza.
TELLO
Adicto a la Play desde hace años, los coches y los karts son sus otras perdiciones. Es muy amigo de Montoya, también compañero de habitación en las concentraciones. Tan bien se llevan que el look que lucirá Tello en estos Juegos Olímpicos es obra de su amigo –que se ha limitado a cortarle un poquito el pelo como ya lo tenía-. Una de las películas que más le gustan es ‘Un domingo cualquiera’, particularmente la escena del discurso de Al Pacino, de modo que tiene tema e conversación con Adrián. Ha pasado las vacaciones en Puerto Banús.
RODRIGO
Llegó a España porque su padre fue a Galicia con Mazinho a montar escuelas de fútbol. De ahí, al Real Madrid. Optó por La Roja porque dice que ha pasado aquí más de la mitad de su vida, aunque ahora pelotea en el Benfica portugués. Como sus padres vienen del entorno del balón, saben darle buenos consejos, como que estudie. Cursa las carreras de Educación Física y Periodismo. Dos licenciaturas a la vez. Quizá por eso no haya rastro de él en las redes sociales y otras distracciones.