Odom es uno de los jugadores de basket más mediáticos de Estados Unidos. Y una pieza clave en sus equipos. Ha sido dos veces campeón de la NBA y es ex jugador de Clippers, Heat, Mavericks y Lakers, donde coincidió con Pau Gasol. Pero Lamar tiene un lado salvaje. Oscuro. Autodestructivo. Una cara que fue a peor cuando se casó por todo lo alto con Khloe, una de las hermanas del clan Kardashian. Ya dijo al separarse el años pasado, después de liarla, salir de un centro de desintoxicación, drogarse de nuevo, desaparecer, presumir en un vídeo de haber sido adúltero… que ''ella saca mi lado malo''.
Sea Khloe o él mismo el que dispara el 'desbarre', lo cierto es que hasta este diciembre, el tiempo en el que duró el matrimonio (y con él los photocalls casi diarios y el reality sobre su día a día en el que participó con ellas), su juego bajó en resultados y sus 'fiestas' aumentaron. Algo que quiere dejar atrás, según sus representantes, con este salto al equipo Laboral Kutxa (Baskonia) del País Vasco.
La oscuridad y la mala suerte parece que le persigue ya desde niño. Su padre ya era adicto a la heroína y su madre murió de cáncer de colon cuando tenía 12 años. Se mudó con su abuela, que murió unos ocho años después. En su honor lleva el número siete en la camiseta, ya que era su favorito. Y lleva el nombre de ella, su madre y su hijo fallecido en las zapatillas.
Ese hijo es Jayder, nacido en 2005, que murió de muerte súbita a los seis meses. Tiene otros dos mayores, Destiny (1998) y Lamar Junior (2002). Lo que no ha trascendido es si ellos son tan fans de las gominolas como él, que cuando cuando juega fuera de casa envía a su ayudante a que le compre bolsas de regalices, nubes y demás ‘chuches’.
Pau Gasol pudo comer de las provisiones de su compañero de vestuario durante varias temporadas y también probar las de su hiper televisada boda con Khloe en el 2009, a la que también asistieron Kelly Osbourne o Kobe Bryant.
Pero no todo son malas noticias. Su película preferida es 'El Padrino', le gusta la música rapera de Jay-Z, su libro fetiche es una biografía de ‘Malcom X’ y tenía en común con su ex mujer su hobby principal: ir de compras por los lugares más caros (no necesariamente glamourosos) de Hollywood.