Pertenecer a una de las sagas más importantes de España no es nada fácil. La presión, la fama y las comparaciones son irremediables y pueden hacer que muchos de esos descendientes quieran alejarse de la vida pública y tener una rutina totalmente normal. Este es el caso de Lola Orellana, la hija mayor de Rosario Flores, que ha decidido tomar en su vida un rumbo totalmente diferente. A la joven, que hace unos días cumplió 24 años, le gusta el arte, vivir libremente y está felizmente enamorada.

Así podemos comprobarlo a través de su perfil de Instagram, donde la joven es muy activa. Además, suma más de seis mil seguidores, que están pendientes de los pasos de la nieta de Lola Flores. Lola nació de la relación que Rosario mantuvo con el argentino Carlos Orellana y que duró hasta 1997, un año después de que la pequeña naciera. Además, tiene un hermano de 14 años, llamado Pedro Antonio, de otra relación de su madre. Pero, ¿qué sabemos de Lola Orellana? ¿Cuáles son sus gustos? ¿A qué se dedica?

Elena Furiase y Alba Flores siempre tuvieron muy claro que querían dedicarse al mundo del espectáculo, de la interpretación. Querían seguir el rastro que habían dejado su abuela y sus respectivas madres y formar parte de ese mundillo que habían ‘mamado’ desde pequeñas. Pero Lola siempre se ha mantenido alejada de los focos, sin querer saber nada de la prensa y mucho menos de esa vida en el espectáculo que llevan sus primas. Por eso, decidió poner tierra de por medio y se mudó hasta Londres.

Lola es una gran aficionada al arte, tanto que en la ciudad inglesa estudió artes plásticas. También, se formó en el mundo de la interpretación, pero para estar detrás de las cámaras. Así, podemos comprobarlo en sus redes sociales, donde no para de compartir sus propias creaciones y sus inspiraciones. Son pocas las veces que hemos podido ver a Lola frente a los objetivos de los fotógrafos. Una de las primeras veces fue en la boda de Sara Verdasco y Juan Carmona. Y, también, se dejó ver en el bautizo de Noah Sierra Furiase, el hijo de Elena. Lo cierto es que, en ese momento, ya pudimos darnos cuenta que se estaba gestando todo un icono de estilo.

Para la ocasión, Lola se decantó por un traje de chaqueta de terciopelo en verde botella con un top en color crudo, un bolso rojo y unas botas multicolor. Lo cierto es que la combinación de estilo y de tejido fue todo un acierto y, aunque pasó algo inadvertida por la celebración, su look fue de los más alabados. También, y lo hemos podido comprobar en su perfil de Instagram, unas semanas antes, Lola decidió cortarse el pelo, ya que siempre ha presumido de su larga y morena melena, pero para la ocasión, se dejó el pelo a capas y justo a la altura de los hombros.

A pesar de que haya tomado un camino diferente, Lola es muy fan de su madre, Rosario, y por eso es muy normal encontrarla en sus conciertos cantando a pleno pulmón. También, le gusta mucho su tía y todo cantante que tenga que ver con el estilo que ha defendido siempre su familia, el flamenco. Aunque eso sí, ha expresado su pasión por el indie y por otros estilos más desenfadados. Al no sentirse al cien por cien identificada con el mundo de la interpretación y tampoco como modelo, donde hizo algunos pinitos, Lola se dio cuenta de que su sitio estaba detrás de las cámaras.

Por eso, ha estado vinculada a grandes series y producciones, donde ha ejercido como ayudante de dirección. Eso sí, siempre ha contado con el apoyo de su madre, quien aprovechó la ocasión, el pasado dos de octubre, para felicitar a su hija por su cumpleaños. A través de una publicación en Instagram, la cantante quiso dedicarle unas palabras: “Felicidades Amor de vida Hoy cumples 24 años Lo más bonito de mi vida. Lo que más quiero”. Por su parte, Lola le contestó con un par de corazones, dejando clara la buena sintonía que existe entre ambas.