Mariló Montero y Carlos Herrera están orgullosos de sus respectivas carreras, pero más lo están de la familia que construyeron cuando eran pareja. Estuvieron juntos más de dos décadas y de su matrimonio nacieron dos niños: Alberto Eduardo y Rocío. Ambos han heredado la pasión por la comunicación de sus padres, aunque es Alberto quien ha querido dedicarse al mundo de la radio, mientras que Rocío vive de las redes sociales y del mundo de la moda.
La joven mantiene una estupenda relación con sus padres, aunque eso sí, es el ojito derecho de Carlos Herrera. Rocío saltó a las páginas de la prensa rosa después de salir varios años con el también modelo Juan Betancourt -el actual novio de Andrea Duro-. Ahora, vive muy lejos de la tierra que la vio crecer y ha decidido centrar su faceta profesional en la ciudad de Nueva York. Antes de la pandemia eran muy normales las visitas de su madre, Mariló, quien acompañó a su hija en sus primeros momentos en la ciudad de los rascacielos.
Rocío nació hace casi 27 años en Sevilla, donde sus padres desarrollaban sus respectivas carreras profesionales en el mundo del periodismo. Pronto comenzó a destacar por su belleza natural y, también, por el parecido físico con su madre. Así, comenzó a participar en campañas de modelaje y en anuncios desde bien pequeña. Eso que en un primer momento era un hobby, se convirtió en parte de su día a día y en su medio para vivir, aunque no empezó a tomárselo en serio hasta que no fue descubierta en el festival Rock in Río.
Fue allí donde una cazatalentos vio a Rocío y le propuso que se atreviera con el mundo de la moda. Desde ese momento, la hija de Mariló Montero y Carlos Herrera ha trabajado para importantes marcas como Brownie, Ángel Schlesser, Ágatha Ruiz de la Prada o Tezenis. Poco tiempo después se mudó a Estados Unidos y fichó por la prestigiosa agencia de modelos IMG. Además, ahora, ha comenzado a estudiar Diseño de Moda en Parsons, una de las escuelas más prestigiosas del mundo.
Respecto a su vida privada, Rocío mantuvo una relación consolidada con el hijo del actor José Conde, Jaime Conde, hasta el año 2015. Poco tiempo después empezó a salir con Jaime Soto, hijo del artista José Manuel Soto, pero la relación terminó en 2016 por problemas con la distancia, que no supieron superar. Luego, comenzó un noviazgo con el modelo Juan Betancourt y, aunque parecía que la pareja llevaba una relación de lo más estable, el amor se acabó hace más de dos años. A partir de ese momento, cada uno hizo su vida y Rocío se estableció, ya definitivamente, en la ciudad de Nueva York, mientras que Juan empezó a salir con la actriz Andrea Duro.
Ahora, Rocío mantiene una relación con el empresario Maggio Cipriani desde hace dos años. Aunque eso sí, por ahora no tiene pensado dar un paso más en su noviazgo y no quieren irse a vivir juntos. “No, porque me encanta tener mi espacio personal y creo que mientras pueda permitírmelo tendré un pisito para mí (como Carry en Sexo en Nueva York) donde cualquier amiga que necesite espacio en algún momento también pueda disfrutarlo”, comentó en una entrevista. Eso sí, Rocío ya ha presentado a su chico a todo su entorno y ya le conoce su familia y sus amigos de toda la vida.
Fue en el 2019 cuando la joven invitó a Cipriani a la Feria de Abril de Sevilla, donde él conoció una de las fiestas favoritas de su chica y, también, aprovechó para pasar tiempo con la familia Herrera Montero. Más tarde, ambos visitaron Madrid, Ibiza y pasaron el confinamiento separados.
Lo cierto es que Rocío está muy contenta con su vida en Nueva York: “Mi mejor momento del año pasado fue empezar la nueva carrera. Me he sumergido tanto en ella que he encontrado mucha paz en mí misma. Me hace feliz quedarme día y noche trabajando en proyectos y eso me ha dado mucha estabilidad emocional. Hacer algo que me llena al 100% me llena de energía para todo lo demás”, confesó al ser preguntada.
También, Rocío está muy volcada con sus redes sociales y, especialmente, con su cuenta de Instagram, donde acumula más de 140 mil seguidores. Es en su perfil donde la joven comparte distintas fotografías de su día a día y, también, de su trabajo como modelo.