¿Quién iba mejor vestida, Tita Cervera o Carlota Casiraghi?
Diana Aller
23/10/201215:01 h.Con motivo de la presentación de la exposición "El arte de Cartier" en Madrid, Carlota de Mónaco, imagen de la prestigiosa firma, amadrinó la muestra en el museo Thyssen. Allí, como la perfecta anfitriona que es, Tita Cervera la recibió como sólo ella sabe hacer: Brillando (y no sólo por su tez cerúlea) con su característico blanco inmaculado y sonriendo como si de ello dependiera la continuidad de la raza humana.
Caminaron por entre los joyones, comentaron incluso alguna pieza que perteneció a Grace Kelly, la estilosa abuela de Carlota, y se mostraron animadas y sonrientes. Hasta ahí todo normal, e incluso agradablemente cordial. Pero analizando ciertos pormenores, detectamos cierta rivalidad entre ambas damas.
El saludo entre ellas, frío como Siberia y distante con tensión muscular incluida, delataba ya un duelo difícil por acaparar, cada una a su manera, la atención y gracia de los allí presentes.
Los puntos álgidos que ha sabido destacar en esta ocasión la baronesa son:
-Su habitual recogido informal: le da frescura y naturalidad.
-Una favorecedora camisa blanca convenientemente abierta para mostrar unas perlas.
-Bolso de animal print en tonos mostaza que aporta un contrapunto perfecto.
-Peeptoes de bandas bicolores absolutamente chiflantes y divinitys. Tita sabe que la extravagancia se puede llevar con dignidad a los pies.
Por su parte Carlota, que por genética y edad lo tiene muy fácil, aprovechó para destacar con:
-Discretísimas joyas (unos simples pendientes de oro, reloj y un par de pulseras de Cartier).
-Maquillaje muy sutil y suave.
-Un sencillo jersey de pico beige con la holgura y caída perfectas.
-Pantalón básico negro, apto para cualquier situación y protocolo.
Cada cara tiene su cruz, y en el caso de ambas, es la sosería. Tita se vistió de Tita, y la monegasca de princesa aburrida. Y es que, poseedora de un físico espectacular, llevó un moño bajo simplemente "apañado", y lució unos andares desmanejados y poco gráciles al moverse, (¡incluso metiendo los pies hacia dentro cual nipona!). Cierto que la baronesa compensó con su plante derecho y seguro, hasta la rigidez tal desacierto, pero lo que no termina de armonizar en una y otra son sus bocas ¿Porqué ambas son asimétricas? ¿Padecen un herpes labial contagioso?
En cualquier caso, por garbosa y saber pisar, gana Tita, aunque mejoraría con otro corte de chaqueta y más complementos alocados, coloristas y transgresores. Sin duda se lo puede permitir. (En todos los sentidos...)