Era uno de los premios que más claro vencedor tenían de la noche. Y también el más importante. Porque aunque Ibai, Nil Ojeda y Henar Álvarez, sus contrincantes en la categoría Creador digital del año, hayan hecho muchos méritos para ganarlo, el salto personal y profesional que ha dado Laura Escanes en los últimos 365 días merecía un reconocimiento como este.
Pletórica, después de una intensa jornada en la que su relación con Álvaro de Luna, con el que ya mantiene un noviazgo estable, la habían convertido en la invitada más esperada de la alfombra roja de los Ídolo 2023, la influencer ha terminado llevándose el premio gordo, ese que hace justo un año, en la primera edición, fue para María Pombo. Y su discurso de agradecimiento ha estado a la altura.
Tras recogerlo de manos de Inés Hernand y Ana Milán, maestra de ceremonias, Escanes ha empezado asumiendo que "la verdad es que ha sido un año difícil". Sin embargo, haberlo superado, echar la vista atrás y ver su evolución, le ha hecho verse merecedora de tal reconocimiento: "Estoy muy feliz porque he sentido el apoyo de las marcas, de clientes que apoyan mi trabajo y que hacen que pueda estar hoy aquí".
Un agradecimiento que ha hecho extensivo a su equipo ("como si fuéramos muchos, porque realmente es Ari, mi mejor amiga, con la que llevo trabajando cinco años") y a sus seguidores ("que siempre me han dado todo el amor y apoyo que necesitaba en los momentos más difíciles"). Unas palabras que ha concluido haciendo referencia a Roma, su hija, esa niña de tres años que nació fruto de su matrimonio con Risto Mejide y que la convirtió en madre.
"Los que somos padres y madres sabemos de esos momentos que no podemos estar con ellos. Te pido perdón por ello", ha expresado refiriéndose a su pequeña, de la que siempre ha manifestado que espera que en un futuro, cuando sea consciente de quién es su madre.