La película 20.000 especies de abejas se ha convertido en uno de los fenómenos del momento y ha hecho historia en los Premios Goya 2024, consiguiendo el mayor número de nominaciones en la historia de los galardones, optando a 15 candidaturas y superando a El Orfanato, de J.A. Bayona, que recibió 14 nominaciones.
Entre los premios a los que opta está el de Mejor actriz protagonista, una categoría en la que Patricia López Arnaiz es ya toda una experta, pues esta no es su primera nominación: consiguió hacerse con la estatuilla ya en 2021, gracias a su papel protagonista en Ane.
Patricia nació en Vitoria en 1981 y, antes de tomar la decisión de ser actriz, estudió Publicidad y Relaciones Públicas. La actuación se ha convertido en su vocación, pero antes de llegar a ella tocó otros palos, por ejemplo, estuvo durante años trabajando en el comedor de una Ikastola contando cuentos a niños.
De esta experiencia hablaba en La Voz de Galicia, confesando que no le importaría repetir: “Lo volvería a hacer. Les contaba un pasaje, paraba e iniciaba una ronda de cucharadas antes de seguir con la historia. Así comían mejor. Me lo curraba mucho. Y hacía escenografías”. En el caso de Patricia, su vocación por la interpretación le llegó de forma tardía, pero con gran éxito. “En cinco años cambió todo y me desnorté bastante. Tenía insomnio, me levantaba bloqueada con problemas de identidad…”, explicaba en esa misma entrevista.
Fue con 25 años cuando tomó la decisión de dedicarse a la interpretación, siempre con los pies en la tierra y con la idea de que, si no conseguía triunfar y vivir de esto, tampoco pasaba nada. "Lo normal era mi trabajo y lo excepcional, hacer una película", explicaba la alavesa en El Correo, donde recogen que tras matricularse en Publicidad se mudó a Bilbao, donde trabajaba los fines de semana como camarera.
Siempre interesada en su faceta artística, nunca dejó de dibujar, tampoco abandonó la fotografía y también cantó en un grupo, gracias a lo cual pudo vivir nuevas experiencias.
A pesar de que, poco a poco, su carrera se ha ido consolidando, desde que debutó en 2010 y consiguiendo mayor fama gracias a su participación en proyectos como La peste, Mientras dure la guerra o su personaje en el salto al cine de la trilogía del Baztán, ella quiere seguir llevando una vida tranquila, por eso vive en la montaña.
Prefiere vivir rodeada de animales y naturaleza y no quiere dar demasiadas pistas sobre en qué lugar de la montaña alavesa vive para evitar una atención que no le interesa. Le gusta guardar su intimidad y no parece demasiado dispuesta a renunciar a esa parcela de su vida, de hecho, ni siquiera tiene cuenta en Instagram. “Quienes te contratan en función de los seguidores que tienes no querrán contar conmigo: les saldría rana”, exclamaba divertida para XL Semanal.