Premios Oscar: Los vestidos que más han dado que hablar, para bien y para mal

Los premios Oscar no son solo una de las galas de cine más importantes del año, son también uno de los mejores escaparates de moda en el que las estrellas buscan con sus looks ser el foco de todos los titulares.

A lo largo de la historia hay unas lo han logrado para bien, alcanzando los puestos más altos entre las mejor vestidas, pero hay otras han dado que hablar por su excentricidad o por lo poco acertado de sus estilismos.

Lo cierto es que, para bien o para mal, lo importante es que se hable de su paso por la alfombra roja y cualquiera que sea el motivo hay vestidos que no se olvidan como el Marjan Pejoski de Björk, el Givenchy de Cate Blanchett, el Versace de Angelina Jolie o el Prada de Lupita Nyong’o.

Uno de los vestidos inolvidables de la historia de los Oscar es el modelo que eligió Björk en 2001, una edición en la que estaba nominada en la categoría de Mejor Canción Original por “I’ve seen it all” de la película “Dancer in the dark”. La cantante islandesa eligió un vestido con forma de cisne del diseñador macedonio Marjan Pejoski que la encumbró como la peor vestida de la gala.

Ese mismo año hubo una ganadora entre las mejor vestidas de la noche y el título recayó en Julia Roberts, que además se llevó la estatuilla por su actuación en “Erin Brockovich”. Su apuesta, un Valentino vintage que el diseñador recuperó, y modificó para ella de una colección de 1992.

En 2002 Halle Berry hacía historia en la gala de los Oscar por ser era la primera mujer negra que ganaba en la categoría de mejor actriz protagonista. Su vestido, un modelo con cuerpo de tul bordado y falda de tafetán firmado por Elie Saab, también quedó también grabado en la memoria de todos.

La de 2002 no fue una de las mejores galas en lo que a moda se refiere, pero puestos a recordar uno de los peores looks de la noche es inevitable nombrar a Gwyneth Paltrow. La actriz eligió un modelo de aire gótico creado Alexander McQueen, con falda de tafetán y cuerpo transparente que no mejoraron ni el peinado, ni el maquillaje.

Pocas artistas se atreven a vestir de amarillo en un estreno y mucho menos en una entrega de premios, pero Michelle Williams demostró en 2006 que no solo no trae mala suerte, porque se alzó con el premio a mejor actriz de reparto por su actuación en "Brokeback Mountain", sino que ayuda a encabezar las listas de las mejor vestidas de la noche, como ella con este modelo de Vera Wang.  

Si hay que elegir un solo vestido de los que ha llevado Nicole Kidman a los Oscar, probablemente sería el rojo de Nicolás Ghesquière para Balenciaga que llevó en la ceremonia de 2007, un modelo de escote halter con una gran lazada al cuello que no ha conseguido superar.

Partiendo de la premisa de que ella no se equivoca, uno de los mayores aciertos de Cate Blanchett fue el vestido que llevó a la gala de los Oscar de 2011, un vanguardista modelo de alta costura de Givenchy creado por Riccardo Tisci, en blanco, malva y amarillo que está entre los vestidos más espectaculares de la historia de los premios.

Podrá gustar más o menos, pero indudablemente Angelina Jolie dejó huella con su Atelier Versace de los Oscar de 2012 y no tanto por el vestido, como por el posado con pierna a la vista que, a partir de entonces, tantas y tantas actrices han tratado de copiar en todas y cada una de las alfombras rojas de los años posteriores.

También de la ceremonia de 2012 ha pasado a la historia este modelo de Tom Ford que eligió Gwyneth Paltrow, un vestido capa que ha sido copiado y versionado desde entonces por actrices, modelos y cantantes de todo el mundo.

Vestirse para ganar, eso es lo que hizo Jennifer Lawrence en los Oscar de 2013 con un modelo de alta costura de Dior, inolvidable tras la caída que sufrió la actriz al subir a recoger su premio como mejor actriz protagonista por “El lado bueno de las cosas”.

Inolvidable es también el modelo con el que Lupita Nyong’o se llevó el Oscar como mejor actriz de reparto en 2014 y el título de una de las mujeres mejor vestida de la noche gracias a un etéreo modelo de Prada celeste de amplio escote y muchos metros de gasa.

Este modelo de Rita Moreno pasará a la historia por dos razones. La primera, porque es el modelo con el que en 1962 recogió el Oscar como mejor actriz de reparto y la segunda, porque 56 años después, tras pequeñas modificaciones, lo lució en la gala de 2018.

Llegó a la alfombra roja y todo en ella, desde su vestido de Alexander McQueen hasta su pose, sin olvidar el diamante amarillo de Tiffany, dejaban muy claro que esa noche se haría con el Oscar a la mejor canción por “Shalow” de “Ha nacido una estrella”. Lady Gaga subió a recogerlo con otro modelo, pero el de la alfombra roja con look a lo Audrey Hepburn, es de lo mejorcito que nos ha dejado la cantante.

Quien también se vistió para ganar el Oscar fue Carey Mulligan, que en 2021 aspiraba a mejor actriz por “Una joven prometedora” y aterrizó en la alfombra roja con un dos piezas en dorado Oscar firmado por Valentino.

Si por algo hay que recordar a Kristen Stewart es por saltarse el protocolo en la gala de 2022, apareciendo en la alfombra roja con un look de Chanel compuesto por blazer y microshorts derrochando actitud y seguridad.

La pasada edición de los Oscar no destacó por una alfombra roja especialmente interesantes. Solo Rihanna, que estaba nominada a mejor canción por el tema “Lift me up”, de la película “Black Panther: Wakanda Forever”, desafió todos los estereotipos premamá con un modelo dominatrix de Alaïa que la convirtieron en lo más recordado de la alfombra roja.