Onur se está volviendo loco. No puede dormir, se va con Samet a jugar al baloncesto a altas horas de la madrugada y no piensa con claridad. Lale ocupa todos sus pensamientos y los celos están a punto de hacerle perder el control. "No sé por qué prefirió irse con ese doctor. Espera un hijo mío y quizás mi bebé no quiera ir en ese coche", se repite incapaz de olvidar lo sucedido con la florista después de que fuera testigo de su beso con Pelinsu.
Sin embargo, pese a esa obsesión suya con la madre de su hijo se niega ver la realidad y entiende que todo lo que le está pasando es por su bebé y su necesidad de protegerle. "No puede salir con su médico y si siente algo que lo diga. Lleva mi bebé dentro y lleva puesto mi anillo. No puede hacer según qué cosas. No podrá comportarse así cuando estemos casados. No permitiré eso. Ya hará lo que quiera dentro de seis meses", le dice obcecado a su chófer, que es el único, que de momento, se ha dado cuenta de lo que realmente está ocurriendo.
Muerto de celos y sin haber dormido, se planta de nuevo en la floristería. La respuesta que recibe no hace más que enfadarle. "Y me dice tan tranquila que el doctor la llevó a casa. Puede llevarte a ti pero no puede quedarse con mi bebé. Estoy muy ocupado y muy confuso, juro que no me encuentro nada bien", se dice a si mismo mientra acude a una cita con Pelinsu.
El empresario está hecho un lío pero empieza a darse cuenta de que las cosas con Pelinsu no fluyen de la misma manera que con Lale. Sin embargo, haberle dado su palabra le impide tomar una decisión y romperle el corazón. Lo mejor, intentar que su otra prometida dé el paso dejándole claro que no podrá estar con ella. "Durante este tiempo de espera tengo que estar con Lale. Por ahora, el bebé es mi prioridad y tengo que pasar más tiempo con ella que contigo. No quiero que eso te disguste. No tienes por qué hacer esto, no tienes por qué esperarme. No estás obligada."
Pero Pelinsu no se da por aludida. No puede. Esperará a Onur, pase lo que pase para mantener su nivel de vida y salvar la delicada situación económica de su familia. Y es así como Onur tiene que seguir adelante con sus dos prometidas. Y mientras una se aferra a él, la otra empieza a preparar la boda sin olvidar que se trata de una boda de conveniencia. Enfadada y molesta por el beso del que fue testigo, Lale ya ha decidido. Se casarán en casa de Onur y vivirán con su familia hasta que nazca el bebé. "Da igual, no es una boda real."
Y así, entre enfados y preparativos de boda, la relación entre Lale y Onur sigue estrechándose hasta el punto que Onur decide sincerarse sobre el doctor. "No me gusta ese hombre. Le interesas", le dice a Lale. "Aunque no sea real pronto estamos prometidos. Pronto te convertirás Lale Sarihan y me hará feliz que guardes las apariencias", le dice justo antes de una cita con el doctor que volverá a marcar un antes y un después en sus vidas.
Después de varios intentos, por fin descubren el sexo del bebé. Y el mundo vuelve a pararse para ellos. Lejos de todos y con la inmensa felicidad de saber que el pequeño que esperan será niño, Lale y Onur vuelven a ser una pareja normal que disfruta del momento. "¿Crees que estaría lamentándome si fuera una niña? Si se pareciera a ti haría conmigo lo que le diera la gana. Deberías olvidar esta imagen de que soy un problema. Crees que soy una persona insensible. Creo que ser padre me ha cambiado, estoy seguro", le dice justo antes de llevársela de compras para el pequeño.
Van camino al altar pero el camino hasta llegar aquí ha sido un tanto atípico. Se conocieron, pasaron la noches más loca de toda su vida y acabaron compartiendo habitación en un hotel donde tuvieron un apasionado encuentro. Un encuentro que ha cambiado sus vidas. Lale y Onur no solo están a punto de ser padres sino que están esperando su primer hijo. Si quieres saber qué ocurre entre una de nuestras parejas favoritas, no puedes perderte ningún capítulo de 'Habitación 309'. De lunes a viernes a las 16:00 horas, en Divinity