Desde que conoció a Kemal, Merçan confía ciegamente en él. Por alguna razón, sabe que Emir y Asu son responsables de todo lo que ocurre en el entorno de la familia Kozcuoglu y, aunque saben ocultar bien sus movimientos, no piensa dejarles escapar. Por primera vez, los dos hermanos se encuentran con alguien que no se deja comprar y que está dispuesto a hacerles pagar por todos sus delitos.
Horas después del incendio que podría haber costado la vida a Kemal, Emir es interrogado por Merçan. Ante su negativa a colaborar con la policía, la investigadora toma una drástica decisión. "Quedas detenido como sospechoso del incendio. Te quedas hasta que no pueda retenerte más. Deja volar la mente y disfruta de las cuatro paredes. Así no podrás cometer ningún otro crimen mientras te tengo bajo vigilancia".
Pese a que se ha posicionado claramente del lado de Kemal y Nihan y tras decirle a su hijo que se había convertido en una persona cruel y sin escrúpulos como su padre, el amor de madre lleva a Müjgan a comisaría para saber en qué estado se encuentra Emir y asegurase de que es inocente. Después de mucho tiempo, el empresario se siente querido por su madre. No quiere perderla de nuevo y por eso decide ocultar parte de la verdad.