Ha pasado más de un año desde la muerte de Ozan y siguen sin esclarecerse los hechos. De hecho, cada vez se complican más. Tras el robo del cuerpo de la tumba en la que estaba enterrado, Nihan enloquece. Necesita respuestas y encontrar al responsable de la muerte de su hermano para que pague por ello. Convencida de que Gürcan dijo la verdad y Asu está relacionada con el crimen, Nihan saca su lado más oscuro y utilizando las mismas armas que acostumbran a usar los Kozcuoglu intenta que Asu hable. "Me encantará verte morir".
Aterrorizada por el veneno que Nihan le ha inyectado, la hermana de Emir aporta un nuevo dato que desconcierta a Nihan y que podría provocar un giro inesperado en la resolución del caso de Ozan. "Yo no he envenenado a nadie, fue Tarik". ¿Qué hará Nihan ahora?
Asu no irá a prisión y para evitarlo no duda en tender una trampa a su fiel Tufan. Ante los investigadores, él aparecerá como responsable del secuestro de Asu. La traición de la mujer que ama le vuelve loco y la persigue por el bosque pero al cruzar una carretera es atropellado.
Asu llora la muerte de Tufan pero era la única forma de salir indemne, no ir a prisión y poder salir del país. Solo de esa forma podrá conseguir su objetivo: convertir la vida de Kemal y Nihan en un auténtico infierno.
Cuando parecía que los problemas familiares de Zeynep estaban a punto de resolverse y que su matrimonio con Hakan iba a poner punto y final al enfrentamiento, la verdad sobre su bebé sale a la luz. Fehime descubre que su futuro nieto es hijo de Emir y no de Hakan, tal y como el policía aseguró. La terrible noticia deja a la madre de Kemal consternada y rota de dolor. "No me llames mamá. ¿Cómo has podido hacernos esto? Cualquier persona habría aprendido la lección. ¡Qué Dios te ayude a salir de esto!"