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El cortisol tiene muy mala prensa. Lo han llamado "la hormona del estrés" porque se libera cuando estamos ante situaciones que ponen en alerta nuestro sistema nervioso. Pero lo cierto es que es clave para la supervivencia de la humanidad. Sin cortisol no podríamos regular el metabolismo o el sueño, por ejemplo, pero sobre todo, no podríamos reaccionar ante situaciones de amenaza.
Tal como explican los expertos de Mayo Clinic, cuando el ser humano percibe una amenaza, el hipotálamo activa un sistema de alarma en el cuerpo llamado sistema nervioso simpático que incita a las glándulas suprarrenales, que se encuentran encima de los riñones, a liberar adrenalina y cortisol.
La adrenalina hace que el corazón lata más rápido y que la presión arterial aumente. Esto da más energía. El cortisol aumenta la glucosa en la sangre. Más energía y más energía sobre todo para el cerebro ya que debe estar en estado de alerta.
"El cortisol también reduce las funciones que se considerarían como no esenciales o como perjudiciales en una situación de lucha o huida. Modifica las respuestas del sistema inmunitario e inhibe las funciones del aparato digestivo, del aparato reproductor y los procesos de crecimiento. Este sistema complejo y natural de alarma también se comunica con las regiones del cerebro que controlan el estado de ánimo, la motivación y el miedo", explica un informe de Mayo Clinic.
Pero entonces, ¿por qué queremos reducirlo? Porque también liberan cortisol situaciones de estrés más cotidianas y la acumulación de estas situaciones podrían llevarnos a sufrir un malestar general, ansiedad y problemas para conciliar el sueño.
Hay muchas maneras de reducir esos niveles de la hormona del estrés y ninguna requiere de un gran esfuerzo. Dale Play al vídeo que inaugura este artículo para descubrir cómo con solo 8 segundos te puedes sentir mejor.
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