Pasos imprescindibles que hay que seguir para un bronceado bonito y seguro
El sol tiene muy mala prensa, eso es cierto, pero lo necesitamos para mantener fuertes nuestros huesos. En Divinity te aconsejamos cómo tomarlo de forma segura
Una alimentación 'plant based', rica en vegetales y frutas de colores intensos, ayuda tanto a proteger la piel como a mantener el bronceado
Bronceado duradero y saludable: así puedes lucirlo durante más tiempo sin que tu piel se resienta
Al llegar el buen tiempo, nos debatimos entre ocultarnos del sol lo máximo posible para proteger nuestra piel o exponernos a sus rayos. El sol tiene muy mala prensa, eso es cierto. Pero lo necesitamos. Sin él es prácticamente imposible sintetizar vitamina D, la que mantiene fuertes nuestros huesos y evita problemas como la osteoporosis. Esta vitamina no se encuentra de manera natural en nuestra alimentación (no, al menos, en las proporciones adecuadas), por lo que cierta exposición al sol es necesaria. Por tanto, ante el dilema, la respuesta es sencilla: lo mejor es tomar el sol con las medidas adecuadas. ¿Lo ideal? Hacerlo en tres pasos: preparar, proteger y reparar.
Primer paso: preparar la piel antes de la exposición solar
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Nuestra piel debe nutrirse adecuadamente antes de recibir los rayos de sol del verano, que inciden más verticalmente que en otras estaciones y en consecuencia su radiación es más intensa.
¿Qué debemos consumir? Desde el departamento de i+D de la firma de nutricosmética 180 the concept nos dan las claves: “Necesitamos betacarotenos, presentes en vegetales como la zanahoria, que estimulan un bronceado dorado y se transforman en vitamina A, un gran antioxidante, si el cuerpo así lo demanda. Por otra parte, vamos a precisar de sustancias que fortalezcan nuestro sistema inmunológico eliminando toxinas y propiciando la regeneración celular. Algas como la chlorella y la espirulina o plantas como la ashwagandha son ideales para este cometido, además de polifenoles como el resveratrol, un polifenol que además estimula la producción de colágeno”. Todos estos nutrientes se encuentran reunidos en una de sus fórmulas nutricosméticas, de las que Alejandra Prat es una gran fan:
Pero si preferimos no suplementarnos, nuestra dieta ha de ser rica en frutas y vegetales que nos proporcionen sustancias protectoras: todas aquellas de color rojo, amarillo o naranja intensos son una apuesta segura. Súmales legumbres y frutos secos y agua en abundancia para obtener tu dieta de preparación solar perfecta.
Protección: lo que nunca debemos olvidar al tomar el sol
La protección solar es un paso ineludible. Cada 13 de junio se celebra el Día Mundial del Cáncer de Piel, y hay varias recomendaciones que no debemos pasar por alto. Para empezar, evita siempre las horas de máxima incidencia de los rayos. La ventana de tiempo que va entre las 12 y las 16 horas es mejor pasarla a cubierto. Si estás de vacaciones, aprovecha esas horas para ponerte a cubierto en un chiringuito, almorzar y echar una siesta.
No alargues las exposiciones: es mejor varias cortas al día que una muy prolongada. Además, utiliza protector solar mínimo de 30 SPF en cualquier circunstancia. En la playa o piscina, aplícalo media hora antes de darte un chapuzón y repón la protección cada vez que salgas del agua o, en el peor de los casos, cada dos horas. ¡Recuerda tus empeines, los grandes olvidados, si no quieres lamentarlo cuando te calces!
Cuando está nublado también hay que aplicar protector. La sensación de menos calor no impide el efecto nocivo de los rayos UV. Nos encanta La Roche-Posay Family Spray 50+, con un alto factor de protección, fácil de aplicar y apto para toda la familia, de venta en farmacias (20,98 € en Primor).
Usa gafas de sol homologadas. Para saber qué porcentaje de rayos UV bloquean debemos mirar su índice: 0 apenas bloquea radiación y 4 es el máximo índice de protección. Lo ideal es protegerte con unas que tengan al menos un índice 3 (bloquea el 92% de la radiación). Nos ha seducido este modelo de pasta en tono degradado de Hawkers, con índice 3, cristal polarizado y un precio asequible (44,95 €).
Usa ropa holgada, ya que la más ajustada hace que las fibras se abran y se pierda protección. Cuanto más tupida la tela, mejor; cuanto más oscura y más parte del cuerpo cubra, también. Puede parecer algo incongruente, pero los tonos claros y los tejidos ligeros dejan pasar más rayos. Una alternativa a los colores oscuros son los metalizados, que tampoco dejan pasar los rayos UV. Este vestido largo lencero de Miss Selfridge (59,99 euros) no solo cumple gran parte de los requisitos, sino que es un must para todas esas ocasiones especiales que surjan a lo largo del verano.
Los sombreros no solo son un complemento perfecto para redondear un look veraniego: además nos protegen de la radiación y nuestro cabello, que también sufre los rigores del sol y del calor. Una pamela o un borsalino son perfectos, pero los gorritos tipo bucket siguen de moda y sirven para casi cualquier outfit casual. Este de Billabong cuesta 35,95 €.
Reparar: restituir la piel tras el baño solar
Después de un día al sol, ya sea en la playa, en la montaña o en la ciudad, toca recuperar la piel. Por una parte, para prevenir el envejecimiento consecuencia de la radiación. Por otra, para mantener en el tiempo un bronceado saludable.
Lo primero de todo es una buena ducha; procura que el agua no esté demasiado caliente, ya que el calor descama la piel y acortas tu bronceado. Así la enfrías y activas la circulación. Tras la ducha, el aftersun es imprescindible. El post-solar after sun spray de Isdin es comodísimo de aplicar. Cuesta 9,46 euros y puedes encontrarlo en farmatop.es.
Hidrátate por dentro: bebe abundante agua para recuperar el agua perdida y come fruta fresca. Consume alimentos ricos en vitamina E: los frutos secos son una fuente inestimable de esta vitamina, que facilita la recuperación de la piel.
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