¿Cuánto sabemos del orgasmo femenino? En realidad, más bien poco. “También influye que siguen estando vivos todos estos mitos de los tipos de orgasmo o de sus calidades”, nos explica Norma Ageitos, miembro de la junta de la Asociación Española de Profesionales de la Sexología. La investigación más intensa en torno a él se reduce a las últimas décadas.
De hecho, fue el Instituto Kinsey el primero que se dedicó a analizar la sexualidad femenina. Después llegarían Masters y Johnson, a quienes quizá conozcas por la serie 'Masters of Sex'. Hasta estos años 50 y 60 prevalecían las teorías de Freud, que dijo auténticas barbaridades sobre los orgasmos femeninos, como que alcanzarlo estimulando el clítoris era un síntoma de inmadurez sexual (hoy sabemos que el 80% alcanza el orgasmo así). Queda mucho por conocer, asegura la experta, pero ¿qué sabemos hasta hoy?
¿Qué conocimiento tiene la población sobre el orgasmo de las mujeres? Ahora que en teoría disponemos de más información, ¿se busca mejor el placer femenino? “En general, el orgasmo de las mujeres sigue sin estar en el centro de los encuentros”, afirma Ageitos. “En la historia reciente se ha podido poner sobre la mesa el placer femenino, cosa que antes ni estaba”, y prosigue: “Ni siquiera hay una reflexión sobre qué ingredientes deben ponerse para que haya un orgasmo. Muchas veces, la pareja cree saber lo suficiente para provocarlo, pero no sucede. Y es que, si no hay dos personas iguales, tampoco hay dos mujeres iguales para la estimulación sexual”.
¿Es cierto que todas las mujeres podemos experimentar orgasmos múltiples? “Creo que es bastante difícil hablar en términos totales y absolutos. ¿Para qué queremos serlo o qué se consigue siendo multiorgásmica?”, se pregunta la experta. “Pensar en tener varios orgasmos nos impide disfrutar de nuestros propios encuentros”.
Lo mismo comenta sobre la eyaculación femenina. “Lo más relevante es cómo y en qué contexto se empezó a investigar. Quien empezó a investigarlo lo hizo porque a su clínica asistían mujeres que manifestaban que en algunos momentos tenían pérdidas de orina. En esas investigaciones se empezó a descubrir la eyaculación femenina y se empezó a investigar que el contacto indirecto generaba esa eyaculación”, explica Norma Ageitos, que también le quita hierro al hecho de que se eyacule o no, porque “eyacular hay veces que no es nada satisfactorio. Ni tiene por qué ser muy placentero”. Francisco Cabello, uno de los pocos sexólogos que han estudiado este fenómeno, asegura que en su investigación halló que aproximadamente el 75% de las mujeres eyaculan. “Lo que sucede es que a veces son muy pequeñitas y no las diferenciamos de la propia lubricación. No son esos géiseres que nos hacen creer en la pornografía”, añade Ageitos.
Le pedimos a Norma Ageitos que destierre algunos de esos mitos en torno al orgasmo de las mujeres que deberíamos descartar de una vez por todas: “Uno que se me ocurre ahora mismo: que los orgasmos femeninos tienen que ser muy escandalosos. Que todo son gritos, alboroto, locura… Habrá veces que sí… y habrá veces que no. Otro mito es que es muy difícil hacernos llegar al orgasmo. Igual lo que es difícil es pretender encontrarlo haciendo cosas que a la otra persona no sabes si le gustan”, ironiza (guiño, guiño para algún señor despistado). Otro mito que destierra la experta es que no hay por qué eyacular o por qué encontrar el punto G: “Un orgasmo no deja de ser satisfactorio por no incorporar eyaculación o estimulación del punto G”.
Abrimos otro melón en torno al orgasmo femenino. ¿Desaparece necesariamente el placer sexual tras la menopausia? “En la menopausia lo que sucede es que se segregan menos estrógenos, que influyen en el deseo. Pero eso también significa que la distancia entre estrógenos y testosterona empequeñece. Algunas mujeres experimentan un disparo de su deseo. Son conscientes de que es imposible quedarse embarazada, y sí, hay un punto de partida diferente hormonal pero también en su actitud”, aunque puntualiza: “Pero si vienes de experiencias muy vinculadas a la penetración y te parece un horror, y no has usado lubricantes, juguetes…, tu deseo va a bajar”. Y deja una interesante reflexión: “Los encuentros no tienen por qué centrarse en la penetración, sino en la seducción, en ligar… Aquí es donde deberíamos replantearnos qué entendemos por sexualidad”.
La sexóloga también explica que no hay que andar pendientes de si hay uno, dos o cien puntos de estimulación, de si tenemos un orgasmo, diez o ninguno, de probar una postura porque nos han dicho que así es mejor: cada una tiene su manera de experimentar placer y no hay por qué inventar nuevas “aventuras” si conocemos cómo llegar al orgasmo y nos gusta así: “Hay mucho bulo de que si solo hacemos algo como exactamente nos gusta es problemático”, sentencia. Así que ya sabéis, chicas: ¡disfrutar es lo único importante!