Los beneficios que sentí tras un fin de semana mirando las Perseidas desde un hotel burbuja

  • El astroturismo crece un 300% anual porque sólo necesitas un cielo sin contaminación: acaba con tu estrés y mejora tu concentración

  • Sierra Morena es la segunda zona 'Starlight' más grande del mundo: vamos hasta allí y te contamos los trucos para ver las Perseidas

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Como cada año, las Perseidas vuelven a surcar nuestros cielos. Por mucho que se traten de meteoros, seguimos empeñados en llamarlas lluvia de estrellas, quizá porque mirarlas tiene algo mágico. Justo ése es el encargo de Divinity; descubrir por qué nos fascinan las constelaciones, los muchos beneficios de contemplarlas -ojo, hasta disminuye el estrés, para esto también puedes probar el Koseling– y por qué el astroturismo está batiendo récords, con un crecimiento aproximado de un 300% anual. Además, vamos a descubrir por qué tenemos mucho más en común de lo que creemos con el oscuro firmamento y sus astros.  

Aunque el desierto de Atacama, en Chile, está considerado el mejor lugar del mundo para ver estrellas, en España también estamos en el Top 10 mundial. Canarias, la región de Montsec en Cataluña o Gredos en Castilla León son puntos estratégicos de belleza sin igual. Otro es Sierra Morena, en Andalucía, la segunda Reserva Starlight de la Biosfera más grande del mundo tras Atacama. Hacia ella nos dirigimos. A La Dehesa Experiences, un hotel único, a 30 kilómetros de Córdoba, en una reserva de 27 hectáreas de encinas centenarias. La extraordinaria visibilidad de sus cielos, libres de contaminación lumínica y polución, le ha permitido ser reconocido como destino Starlight por la UNESCO. 

 El hotel de las estrellas 

Cuando llegas al lugar, descubres que no tiene nada de típico. Más que un hotel al uso, recuerda a los lujosos glamplings del Masai Mara inmersos en la naturaleza. Los alojamientos están dispersos. Eso te permite disfrutar de una intimidad absoluta. En esta ocasión vamos a probar los ‘tubbos’, su nueva propuesta. Cada uno es como una casita individual, construida con forma de tubo acristalado sobre una plataformas de 100m², con su propia piscina y terraza para contemplar la fauna autóctona y los cielos nocturnos. Nuestro objetivo es realizar la experiencia Starlight, una salida nocturna en la que, de la mano de un guía, aprendes a mirar el cielo y sus constelaciones. Con las Perseidas en su apogeo, la noche promete.   

Mi compañera de aventura estelar es mi amiga Joanna que, entre otras muchas cosas, es experta en la observación de aves. Gracias a ella, al poco tiempo de estar situadas en la terraza de nuestro ‘tubbo’, comienza el festival. Las personas habituadas a buscar pájaros desarrollan un talento espectacular para ver. Mientras yo solo contemplo árboles y arbustos, ella es capaz de distinguir un águila calzada o una curruca capirotada. Cuando veo mi primera oropéndola, una preciosa ave de color negro y amarillo, casi doy saltitos de alegría. No lo hago porque ya me ha explicado que hay que permanecer en calma y con voz susurrante. Gracias a eso, conseguimos divisar también palomas torcaces, abejarucos y una majestuosa águila perdicera. Por la noche escuchamos a un mochuelo muy hablador y al rey de las tinieblas, el búho real, la mayor rapaz nocturna de la Península Ibérica.    

Tras un espectacular desayuno que sirven en la terraza de tu alojamiento, pasamos el día leyendo, buscando aves por el cielo y dándonos baños sin fin en la piscina. El primer beneficio del astroturismo me parece clarísimo: el estrés, de repente, parece algo del pasado. “Nuestro objetivo fundamental es ofrecer a nuestros huéspedes una experiencia única de relax y desconexión en medio de la naturaleza que no puedan olvidar”, me confirma Jorge Sánchez, co-fundador de La Dehesa Experiences.  

 A descubrir estrellas… y meteoros 

La primera noche que pasamos en el ‘tubbo’, una impresionante tormenta de verano nos regala un espectáculo de truenos y relámpagos. Pero el día siguiente amanece despejado, perfecto para la salida nocturna. La iluminación de la finca está pensada para que contamine lumínicamente lo mínimo posible. Cada alojamiento cuenta con prismáticos y un telescopio. Aquí se pueden disfrutar de tres actividades relacionadas con las estrellas: una tranquila ruta en kayak por el río Guadalquivir, o contemplarlas escuchando tocar a un premiado guitarrista, o hacerlo de la mano de Antonio Berbén Varón, de Turismo Activo TNT Aventura, un sabio enamorado de nuestros cielos desde niño, cuando veía películas del espacio y la serie Cosmos de Carl Sagan.  

Nuestro grupo de exploradores de estrellas está formado por seis personas adultas y una niña de tres años. Antonio, en cuanto empieza a hablar, logra fascinarnos a todos. La pequeña se convierte en su improvisada ayudante para encender las bolas de colores que usa para explicarnos cómo se forman las estrellas que vemos, las rojas, amarillas, azules… Su secreto es lograr que dejemos de ser meros observadores, para sentirnos parte del universo que contemplamos. Con un puntero láser, dibuja para nosotros las constelaciones, mientras cuenta sus historias. Gracias a él, incluso yo que soy una nulidad total, aprendo a identificar la Osa Mayor, que nos muestra el Norte, Sagitario como una tetera estelar o Casiopea, sentada para siempre en su trono como condena de los dioses.  

 Los beneficios del astroturismo 

El auge del astroturismo tiene mucho que ver con los beneficios asociados él. En primero lugar, se trata de una propuesta de turismo sostenible, que pone en valorde zonas de baja población, aisladas o en riesgo de despoblación, y que permite el contacto del viajero con entornos naturales de baja o nula contaminación lumínica y atmosférica. También provoca un impacto positivo por la desconexión del estrés y la activación de los sentidos. Además, la Fundación Starlight destaca que mejora la concentración, las relaciones interpersonales y habilidades de trabajo en equipo, genera confianza, autoconciencia y autocontrol. 

Por otra parte, te permite tomar conciencia del valor y el cuidado del patrimonio natural y celeste. Tras haberlo probado, me parece una experiencia preciosa para hacer en familia, pero también por qué no, para pedirle matrimonio a tu pareja o plantar en tus hijos la semilla de la curiosidad por el universo. Porque al verte ahí, tan pequeñita ante la inmensidad, descubres sin embargo que formas parte de ella: “cada átomo de nuestro cuerpo se forjó en el corazón de estrellas que explotaron hace miles de millones de años”, nos recuerda Antonio. Impresiona pensar que hay partes de nuestro cuerpo tan antiguas como el propio universo.   

 Trucos para mirar las estrellas (y no perderte nada) 

  • Antes de realizar este viaje, le pido consejo para ver las estrellas a la persona que conozco que más sabe de ellas, mi amigo César, astrofísico enamorado de nuestros cielos. “Se ven mejor mirando de reojo”, me dice. Así, contemplo mis primeras estrellas fugaces. Vale, meteoros.
  • Antonio, además, recomienda mirar siempre a las zonas más oscuras del firmamento para verlas bien. De ese modo podrás contemplar las Perseidas, o lágrimas de San Lorenzo, en todo su apogeo entre el 11 y el 13 de agosto. Pero ojo, que siguen campando hasta final de mes.  
  • Algo genial del astroturismo es que no precisa de ningún extra, simplemente un cielo oscuro sin contaminación lumínica. Aunque Antonio reconoce que “hay herramientas digitales que ayudan al observador de estrellas en su aproximación al cielo nocturno, como Stellarium o Starwalk”.  Eso sí, subraya que nada debería de sustituir “el inmenso placer que produce reconocer e interpretar el cielo por uno mismo”.
  • Y como consejo final, anima a continuar en distintas épocas del año para disfrutar los diferentes cielos y afianzar conocimientos. “Las estrellas nos miran, nos hablan y cuentan historias de nuestro pasado y nuestro futuro, recordándonos que pertenecemos a algo mucho más grande que nuestras oficinas y teclados, nuestro estrés diario o ciudades contaminadas de luz y ruido”, recuerda.

Al día siguiente, tocar marchar de la Dehesa Experiences, pero no del todo: las estrellas y el regalo de libertad que supone esta experiencia permanecen en el corazón.