Puede que hayas escuchado en más de una ocasión que alguien afirma haber perdido la esperanza en la raza humana, si es que no has sido tú misma quien la pronuncie. La idea de que el ser humano es más egoísta y con menos valores morales que en épocas pasadas es un pensamiento común que llevó a dos investigadores de la Universidad de Harvard y la Universidad de Columbia ha realizar un estudio sobre esta cuestión. Se conoce como sesgo de negatividad y te contamos por qué se produce y cómo puedes eliminarse.
El sesgo de negatividad nos hace pensar que la bondad humana está desapareciendo. Da igual en qué momento de la historia en el que nos encontremos, nuestra mente piensa que el ser humano nunca había sido tan amoral como en el momento presente. Esa es la conclusión a la que llegaron los investigadores Adam M. Mastroianni (Columbia) y Daniel T. Gilbert (Harvard) tras recopilar los datos obtenidos durante 70 años preguntando a 12 millones de personas si creían que la moralidad estaba disminuyendo. Las conclusiones fueron que, efectivamente, tendemos a pensar que somos peores personas en el momento presente.
No deja de sorprender la existencia generalizada del sesgo de negatividad cuando, según estos expertos, es objetivo que "los humanos modernos se tratan entre sí mucho mejor de lo que lo hicieron sus antepasados, lo cual no es lo que uno esperaría si la honestidad, la amabilidad, la amabilidad y la bondad hubieran disminuido constantemente, año tras año, durante milenios". Entonces, ¿por qué se produce? Las causas son estas, principalmente:
Entender que el sesgo de negatividad es una falacia de nuestro propio pensamiento y no una realidad objetiva, es el primer paso para eliminarlo. La idea es despistar a nuestro cerebro para que no potencie los hechos negativos y le dé a los positivos el valor que tienen. ¿Y cómo podemos hacerlo?
En primer lugar, debes comenzar a tomar conciencia de todas las experiencias positivas que te suceden a diario, de esos pequeños detalles que ocurren tal y como habías imaginado, o de los que mejoran la realidad negativa que habías anticipado. Además, es muy importante capturar los momentos positivos que te ofrecen las personas que tienes alrededor o con las que te cruzas en tu día a día. Te sorprenderá ver cuántas cosas buenas estaban pasando mientras tu mente te hacía fijarte solo en lo negativo.