Hábitos que te ayudarán a sentirte mejor en la menopausia según los expertos

La menopausia es una etapa natural e inevitable en la vida de todas las mujeres que trae consigo una serie de cambios hormonales que pueden afectar significativamente al bienestar físico y emocional. Los síntomas más comunes incluyen sofocos, sudores nocturnos, cambios de humor, fatiga, insomnio y sequedad vaginal, entre otros. Una transición que puede suponer todo un desafío y afectar a la calidad de vida, y en donde el modo en el que se afronte puede marcar la diferencia a la hora de experimentarla. Y es que, en lugar de resignarnos a los síntomas incómodos, adoptar ciertos hábitos de vida puede ayudar a aliviar los efectos negativos y promover un mayor bienestar general. Desde un buen descanso hasta una dieta cuidada, todo suma a la hora de hacerla más llevadera. 

La importancia del Omega 3

Para conocer el punto de vista de los expertos acerca de este tema hemos consultado al equipo de Brudylab, cuyo Omega 3 patentado es uno de los más efectivos del mundo para este tipo de casos. “La alimentación es un pilar fundamental para nuestra salud y bienestar. Cada bocado que tomamos tiene un impacto directo en nuestro cuerpo, influyendo en nuestra energía, sistema inmunológico y prevención de enfermedades. A menudo, subestimamos el poder que tiene lo que comemos en nuestra calidad de vida”, comienza explicando su directora médica, la doctora Leia Garrote y apunta que una buena alimentación es una inversión a largo plazo en nuestra salud. “Al elegir conscientemente los alimentos que consumimos, estamos proporcionando a nuestro cuerpo los nutrientes necesarios para funcionar de manera óptima. Desde las vitaminas y los minerales hasta las proteínas y las grasas saludables, cada nutriente desempeña un papel vital en nuestro bienestar general, especialmente en periodos como la menopausia”.

Aprovechamos para preguntarles a Francesc Gassó y MªÁngeles de Broto, fundadores de Brudylab, sobre la importancia de ingerir ácidos grasos Omega 3 para sobrellevarlo mejor. “Los ácidos grasos Omega 3 son nutrientes esenciales para la salud humana. El cuerpo necesita que sean aportados a través de la alimentación o de complementos alimenticios. Este tipo de grasas forman parte de la estructura de las células de todo el cuerpo humano aportando flexibilidad y fluidez. Estas características ayudarán a las células a adaptarse mejor a los cambios. La concentración de los diferentes tipos de Omega 3 en cada tipo de célula determinará la importancia de sus funciones, por ejemplo, las más relevantes son la funcionalidad visual o el neurodesarrollo”, explican y añaden que hay numerosos estudios que han puesto de manifiesto su importancia en la menopausia, fertilidad, diabetes, Alzheimer, la diabetes o el control de peso. 

Nos cuentan que, la industria del Omega 3, aunque relativamente joven, ha experimentado un crecimiento significativo en las últimas décadas. “A pesar de que el aceite de hígado de bacalao se ha utilizado tradicionalmente en Europa durante más de 250 años, el enfoque en los aceites Omega 3 como lo conocemos actualmente a través de la dieta, de complementos alimenticios o de medicamentos comenzó hace aproximadamente 30 años”, apostillan.

Comentan además que los complementos nutricionales de Omega 3 pueden ayudar a alcanzar estos niveles recomendados si la dieta no es suficiente, especialmente cuando se tiene la menopausia. Estos productos suelen tener su origen en el aceite de pescado, de krill o de alga. Un factor diferencial para tener en cuenta será si están en forma de triglicéridos, al ser la forma más natural y que está descrito será la mejor absorbida.  

Los expertos lo tienen claro, ingerido en la menopausia, el Omega 3 puede ayudar a mejorar la salud cardiovascular, la función cognitiva y la emocional en esta etapa de la vida. “Nuestro Triglicérido concentrado en DHA (Tridocosahexaenoina-AOX) cumple con los estándares de calidad internacionales más exigentes sobre Omega-3. Se trata de un triglicérido de ácidos grasos omega-3 (70% DHA), que se obtiene o aísla de del pescado, mediante la acción de una enzima autorizada que mantiene las propiedades de los triglicéridos presentes en el aceite de pescado”.

Calcio

Otro de los componentes que no puede faltar en la dieta es el calcio, un mineral esencial para varias funciones corporales, como la formación y mantenimiento de huesos y dientes, la contracción muscular, las funciones nerviosas e incluso la coagulación de la sangre. Durante la menopausia, la disminución de los niveles de estrógeno acelera la resorción ósea, un proceso donde el hueso es descompuesto y los minerales, como el calcio, son liberados en la sangre. 

“Sin una ingesta adecuada de calcio, el cuerpo recurrirá al calcio almacenado en los huesos, debilitándolos y aumentando el riesgo de osteoporosis. Por este motivo no pueden faltar en la dieta alimentos como la leche, el queso, yogures; vegetales de hoja verde como la col rizada, el brócoli o la lechuga; así como semillas (almendras, sésamo)”, detallan.

Vitamina D

Otro de los compuestos imprescindibles durante este periodo es la vitamina D, ya que facilita la absorción del calcio en el intestino y ayuda a mantener sus niveles adecuados en la sangre (y también los del fósforo), necesarios para la formación y mantenimiento de los huesos. Además, también contribuye al buen funcionamiento del sistema inmunológico y las funciones musculares. Obtener suficiente vitamina D puede ser un desafío, pero es posible a través de la exposición moderada al sol, y alimentos como los pescados grasos (salmón, caballa, atún), queso o huevos; y cómo no, la suplementación. 

Otros buenos hábitos para la menopausia

Por último, desde Brudylab, comparten ciertos consejos para aliviar los efectos secundarios de la menopausia.

1. Alimentación equilibrada: consumir una dieta rica en frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras ayuda a mantener el equilibrio hormonal y a reducir los sofocos y la fatiga.

2. Ejercicio regular: la actividad física mejora la salud cardiovascular, fortalece los huesos y ayuda a mantener un peso saludable.

3. Control del estrés: practicar técnicas de relajación como el yoga o la meditación puede ayudar a reducir los síntomas emocionales asociados con la menopausia.

4. Dormir lo suficiente: los cambios hormonales durante la menopausia pueden afectar el sueño. Para mejorarla, funciona establecer una rutina de sueño (ir a la cama y levantarse a la misma hora todos los días ayuda a regular el reloj biológico). Crear un ambiente propicio para el sueño, manteniendo el dormitorio fresco y oscuro, y evitando el uso de pantallas dos horas antes de ir a dormir.