Un catamarán, en el que poder moverse con libertad de cala en cala y tener cierta intimidad, ha sido la opción ideal para Aitana y sus amigos después de todo este tiempo de flashes y conciertos, en los que la vida de la catalana ha cambiado drásticamente. "Esos de ahí son mis amigos, normalitos, tranquilos…", explicaba Aitana mientras les grababa montando en una tabla, mientras ella y otras amigas tomaban el sol en el barco.
También ha habido tiempo para la polémica. Todo lo que diga y haga Aitana se analiza al detalle en sus redes sociales. Ella, como siempre, no tiene pelos en la lengua a la hora de reivindicar su modo de pensar. Todo comenzó cuando el grupo quiso hacerse una foto todas juntas, sin la parte de arriba del bikini. "SOOOOON MIS AMIGAS na na na nanana", escribía Aitana. Los fotógrafos que había en Ibiza inmortalizaron el momento también, aunque no desde el ángulo frontal.
Cuando esas imágenes se han hecho públicas, algunos seguidores de la cantante comenzaron a lanzar críticas, algo que no le ha gustado nada y le ha llevado a lanzar un comunicado en Twitter defendiendo la naturalidad y la libertad personal: "No entiendo que la gente se empiece a escandalizar (...). Son tetas con sus correspondientes pezones", ha escrito
Aitana también ha posado sola, sentada en un lateral del barco y mirando hacia abajo mientras se coloca la parte inferior del bikini. El traje de baño que ha elegido es de color azul de la marca Robin Collection. El modelo se llama Bikini runner Té verde, y cuesta 49,90€. Para terminar el día y ver el atardecer, se puso encima del bikini un pantalón corto negro a rayas y un top blanco de encaje.
Además, es una de las primeras veces que Aitana se deja ver sin flequillo. Mientras una amiga la retiraba el pelo de la cara y se acercaba a darla un beso, Aitana se grababa mostrando su frente.
Lo que tampoco faltó en el día de barco ha sido la música. Aitana se ha vuelto loca escuchando a sus compañeros y mencionándoles en stories cada vez que sonaban sus canciones. "La Ana, la Ana", gritaba al oír la nueva canción de su amiga, Ana Guerra.
Cuando terminó el día, todos juntos, tumbados en la parte superior del barco, vieron el atardecer de la isla escuchando a Rosalía, otra de sus artistas favoritas.