1- Escoge frutas y verduras frescas de calidad, en su punto adecuado de madurez. Los vegetales de hoja verde como la lechuga, la espinaca y la col rizada son los más sabrosos y ricos en nutrientes. Combínalos con otros más suaves como la zanahoria, el apio y el pepino. La mayoría de frutas son ideales para hacer zumos, aunque algunas como el aguacate y el plátano es mejor prepararlas en forma de puré.
2- Lava bien las piezas, incluso si las vas a pelar, y usa un cuchillo afilado para cortarlas. Desecha la piel de los cítricos, porque es de difícil digestión. Escoge el aparato idóneo para preparar los zumos (si el recipiente es transparente podrás apreciar bien el color de la preparación) y lávalo de inmediato para evitar que los olores y sabores se mezclen.
3- Los zumos son una refrescante forma de garantizar un interesante aporte de nutrientes y vitaminas. La acidez de la fruta ayuda a nuestro organismo a eliminar bacterias. Los cítricos nos suministran vitamina C, mientras que otras frutas como la papaya y la piña mejoran la digestión gracias a la acción de sus enzimas, y las verduras contienen valiosos nutrientes para proteger el organismo y procesar las grasas.
¿Sabías que...?
Si los zumos resultan demasiado fuertes los puedes disolver en agua o en otros zumos más suaves. La miel es el mejor edulcorante natural, aunque también puedes emplear azúcar o, si sigues dietas bajas en calorías, edulcorante artificial. Sazónalos con hierbas y especias aromáticas para mejorar el sabor: el anís, la canela, la menta, el jengibre, la soja y el tabasco son muy buenas opciones.
A la hora de comprar
Para zumos y batidos, asegúrate de que la fruta y la verdura mantengan sus cualidades. debes evitar combinar los cítricos y la leche de soja, porque puede cuajar. La miel, el jarabe, la canela o la menta endulzan y aromatizan el producto final mejor que el azúcar.