Cuando los niños descubren el 'secreto' de los Reyes Magos: consejos para abordar la situación
¿Cómo abordar la conversación sobre la verdad de los Reyes Magos? ¿Cómo pinchar la burbuja sin resultar cruel y sin desmontar por completo de paso la magia de las fiestas?
En Divinity.es charlamos con dos expertas que dan pautas para afrontar esta situación: “Si te lo preguntan directamente, es una señal de que están listos para escuchar la verdad”
¿Por qué hay que dejar de decir "si te portas mal, los Reyes Magos te traerán carbón"?
Es uno de esos recuerdos claros que tienen las personas adultas, además de darse cuenta de la muerte es, el de cómo llegaron a la “verdad” sobre el gran 'secreto' de la Navidad. Muchos años después, todavía rememoran cómo descubrieron qué los Reyes Magos no existen y quién fue la fuente de información que rompió el embrujo (una prima, otros niños del colegio…). Cuando esas personas adultas tienen a su vez criaturas se empiezan a plantear también cómo abordarán ese momento en el que sus hijos e hijas vendrán a preguntarles si es verdad o no eso que les dijo alguien, que los Reyes Magos son los padres.
Es casi ley de vida, a menos que se haya optado desde un primer momento por no creer en casa en los Reyes Magos o Papá Noel (algo que ya empiezan a hacer algunas familias). Una de las pocas estadísticas sobre cuándo la infancia española descubre la realidad sobre los Reyes Magos es un estudio de Chicco de hace unos cuantos años. Su investigación intentó determinar a qué edad media se enteraban los niños y niñas de la verdad. Según sus cálculos, el 70% lo hacía a los 8 años, pero a saberlo le seguía un proceso de cierta negación. Los datos apuntaban entonces que les llevaba unos seis meses aceptar que realmente los Reyes Magos no existían.
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“No suele ocurrir que no se den cuenta por sí mismos”, señala al otro lado del teléfono Mariola Fernández Sánchez, profesora en el Grado de Psicología de la Universidad Europea. “Empiezan a comprender qué significan los conceptos espacio y tiempo y hacen preguntas del tipo: ¿cómo pueden estar allí y aquí? Además, hablan entre amiguitos y se dan respuestas con más o menos fundamento, pero que aclaran dudas a este respecto”, indica.
Por tanto, la clave para entender por qué descubren la verdad no está tanto en la edad a la que les pasa, sino en la madurez de la comprensión de cada niño. “Si te lo preguntan directamente, es una señal de que están listos para escuchar la verdad”, apunta la experta.
Cómo responder a la pregunta
Aun así, para muchos padres y madres resulta complicado saber qué responder cuándo hacen esa pregunta. ¿Cómo abordar la conversación sobre la verdad de los Reyes Magos? ¿Cómo pinchar la burbuja sin resultar cruel y sin desmontar por completo de paso la magia de las fiestas?
“Es importante ser honestos y responder con empatía”, apunta la experta. También es empatía lo que recomienda Ana María Aguirre Ocaña, doctora en Pedagogía y profesora del Departamento de Familia en la Facultad de Ciencias de la Educación y Humanidades en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR). Esta especialista recuerda que “es un tema delicado e importante”. “Es un momento clave”, suma, uno en el que se produce el tránsito entre la fantasía y la realidad.
Por ello, lo mejor es un usar “un modo directo, con sensibilidad y empatía”, favoreciendo un lenguaje que sea claro, sencillo y cercano. “No hay ni que minimizar sus dudas ni negarlas, hay que validar la conversación al respecto”, suma Fernández Sánchez. Normalizar esas emociones que pueden sentir ayuda a que fluya el proceso de hablar sobre cómo los Reyes Magos no existen.
Es importante ser honestos y responder con empatía
Un momento de crecimiento
Por otro lado, si tantas personas adultas aún recuerdan con todo detalle el momento en el que descubrieron la verdad sobre los Reyes Magos es porque, al final, ese momento no deja de ser un hito vital. Es un momento de crecimiento durante la infancia, que encaja temporalmente con el paso desde esa fase infantil más fantasiosa a una de madurez más apegada a la realidad.
Igualmente, la conversación sobre los Reyes Magos y el descubrimiento del secreto de las fiestas permiten educar sobre otras cuestiones. “Para muchos niños y niñas, descubrir que los Reyes Magos no existen puede ser un momento de sorpresa o incluso decepción. Sin embargo, también es una oportunidad para trabajar en su capacidad de aceptar cambios y nuevas perspectivas”, indica Fernández Sánchez.
Los Reyes —y los demás personajes que traen regalos— son, como indica Aguirre Ocaña, “figuras para compartir y crear ilusiones, para hacer felices a los demás”. Por eso, es importante tratar este punto cuando se habla con los pequeños: descubrir que los Reyes no existen como personajes mágicos no implica que los Reyes no existan, existen como momento especial en el que se comparten regalos.
La experta señala el valor de que los niños y niñas entiendan que se trata de una tradición, una que se comparte tanto en familia como a nivel social, y como ellos están ahora en el otro lado, el que ayuda a mantenerla. La clave está en que “se le haga partícipe de algo bonito (como se puede apreciar en las cabalgatas)”. Esto también resulta crucial para que no le hagan spoiler sobre las fiestas a otros niños y niñas más pequeños que todavía creen.
Para muchos niños y niñas, descubrir que los Reyes Magos no existen puede ser un momento de sorpresa o incluso decepción
Regalar a los demás es un “gesto de buena voluntad o de afecto por el otro”, suma Fernández Sánchez. “Digamos que es un momento que te vincula especialmente en comunidad”, explica. “Se trata de hacerles entender que hay una serie de costumbres que se comparten en sociedad y que, cuando las personas van creciendo, les van poniendo nombres; pero que eso no significa que no mantengan emociones como la ilusión, si con eso se sienten bien”, apunta.
Descubrir que los Reyes no existen como personajes mágicos no es necesariamente, por tanto, el final de la magia o la ilusión de las fiestas, como indican las expertas, sino un cambio en cómo se hacen las cosas y en las posiciones que ocupan estos niños y niñas.
La ilusión sigue, pero de forma diferente. De hecho, se pueden poner en marcha otro tipo de actividades, como hacerlos partícipes del proceso de elegir regalos para los demás o crear acciones que van más allá de comprar cosas (Fernández Sánchez habla, por ejemplo, de escribir una carta de deseos no materiales para la familia). “Ahora, puedes involucrarlos en el proceso”, señala. “Con esto puedes conseguir reforzar el vínculo familiar mediante momentos para compartir historias o anécdotas sobre cómo viviste tú mismo esta transición cuando tenías su edad”, indica.
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