Mala relación entre madre e hija: ¿cuáles son las consecuencias y cómo poner solución?
Es muy común que existan diferencias entre madre e hija en algunos momentos de la vida
Las tensiones podrán solucionarse siguiendo una serie de recomendaciones
Habrá que entender a la menor y hacerla partícipe de nuestras emociones y sensaciones
En algunas ocasiones, las relaciones entre padres e hijos pueden resultar ser complicadas. Sobre todo, cuando estas coinciden con la madurez de unos y la adolescencia de otros. Es por eso que, especialmente, esa relación se debilita en el caso de las madres y sus hijas. Pero, ¿por qué sucede? ¿Cómo podemos atajar el problema?
Una buena relación será fundamental para el correcto desarrollo de los niños
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Lo primero que debes saber que una buena relación en casa será fundamental para el correcto desarrollo de los niños. Por eso, los padres tienen que actuar con un cierto grado de protección y, sobre todo, educándolos. Esto último será fundamental a la hora de formar sus distintos caracteres y de tener claro cómo se comportarán fuera de casa.
Por tanto, es muy importante que los niños sientan sus padres están disponibles para ellos las 24 horas del día y ante cualquier situación complicada o peligrosa. Esta relación podrá fortalecerse de infinitas maneras, creando, por ejemplo, un clima de comunicación tranquilo y donde predomine el diálogo.
Los hijos tendrán sentir su casa como su refugio
Por eso, en el caso de que haya algún conflicto, lo mejor es que el niño se sienta querido, acompañado y seguro, que sienta su casa como su refugio. De esta manera, se fortalecerá el vínculo entre ambos. También, será esencial apartar al niño de aquellos factores que más pueden distraerle, como son las pantallas, que harán que el pequeño no preste la suficiente atención.
Los padres deberán ser apoyo, no enemigos
Sí que es cierto que muchos niños pueden pensar que sus padres se entrometen demasiado en su día a día. Esto, con el paso del tiempo, creará una sensación de malestar en casa que puede ser realmente complicada de gestionar. Por eso, será esencial que el pequeño sienta a sus padres como un apoyo y no como un enemigo. Para ello, habrá que preguntar sobre su vida, interesarse y enseñarle, pero siempre desde una perspectiva de respeto y dándole los tiempos que se merece.
¿Cómo se pueden favorecer las relaciones materno-filiales?
Además, para favorecer las relaciones materno-filiales será muy importante que se realicen actividades en familia. Estas no tienen que ser siempre fuera de casa, ya que podréis hacerlas dentro de la vivienda; jugando a juegos en familia o haciendo manualidades juntos. De esta manera, la relación se verá más fortalecida.
Lo cierto es que la mala relación entre madres e hijos pasará por muchas fases. Cuando son más pequeñas, los progenitores tendrán que aprender a gestionar las rabietas. Luego, durante la adolescencia, será habitual encontrarse algunos conflictos donde se hará palpable esa diferencia de caracteres. Es por eso que en esta etapa será fundamental la forma en la que se resuelven los problemas y el lenguaje que se utiliza.
En todos esos momentos habrá algunos puntos claves que nos ayudarán a entender mejor el problema y a ponerle solución. Así, será importante saber qué es lo que está sintiendo el niño en ese momento. También, enseñarle a gestionar sus emociones y a que sepa ser empático. Además, habrá que tener una predisposición para la resolución del conflicto.