El momento del parto es el más deseado durante el embarazo. Por fin llega el día de conocer a nuestro hijo, y para eso nos preparamos durante nueve meses. Aunque tengamos mucha información a nuestro alcance y nos asesoren en todo momento los médicos, hay temas que nos siguen generando dudas. Uno de ellos es el referente al momento del empujar para que nazca el bebé. Para ayudarte a despejarla, te contamos qué son los pujos y cuántos tipos hay.
Coloquialmente se habla de “empujar”, pero en términos médicos se habla de “pujos”, y se refieren a los esfuerzos que hace la embarazada para que el bebé descienda por el canal del parto y puede nacer. Para ello, debe hacer fuerza con la musculatura abdominal y pélvica. Los pujos tienen lugar en la fase expulsiva del parto, posterior a la dilatación. Junto con las contracciones, facilitan el proceso para que nazca el bebé.Hay dos formas de empujar: con pujos espontáneos o con pujos dirigidos. Te contamos cuándo se dan cada uno de ellos y en qué consisten.
El cuerpo de la mujeres es capaz de pujar sin proponérselo como respuesta a un impulso natural de su cuerpo. Cuando se producen, la mujer entiende que debe pujar sin necesitar indicaciones de los médicos. Del mismo modo, dejará de hacerlo si su cuerpo le indica que debe parar. Este tipo de pujo es, en principio, más efectivo, ya que según los estudios disminuyen las probabilidades de un parto instrumental, lo que es muy beneficioso para el suelo pélvico.
No son espontáneos, sino que son realizados por la embarazada siguiendo las indicaciones de los médicos que la atienden en el parto. Comienzan una vez que se ha producido la dilatación, y al ser pujos dirigidos, se van pautando según los datos que muestre la monitorización, y que permite tener controlado el estado del bebé en todo momento y de las contracciones. Cuando se administra anestesia epidural es imprescindible que los pujos sean dirigidos, aunque el parto pueda durar algunos minutos más que si son espontáneos.
Sean espontáneos o dirigidos, los pujos exigen que la mujer ponga a trabajar su musculatura y que esté preparada psicológicamente. Por eso es fundamental asistir a las clases de preparación al parto, donde se explican con detalle las fases del parto y es más fácil saber cuándo a llegado el momento de pujar, además de aprender a respirar correctamente para que el pujo sea efectivo. Por otro lado, se pueden evitar los miedos que suele traer el desconocimientos en situaciones tan cruciales como esta.
Y puesto que la forma física también va a ayudarnos a que el pujo sea más fácil de realizar, siempre que se pueda la recomendación es que la mujer haga algún tipo de ejercicio durante el embarazo, como pilates, natación, caminar… Ayudarán a que la musculatura esté fuerte y preparada para afrontar el gran momento del parto.