Los problemas de vista más comunes entre los niños
La mayoría de problemas de la vista se detectan en la infancia
Por eso es importante que los niños acudan desde pequeños al oftalmólogo
Estos son los problemas más comunes y en algunos casos son reversibles
Los problemas de visión afectan a un 20% de los niños y detectarlos a tiempo es esencial para revertirlos. El sistema visual no se desarrolla de forma completa hasta que cumplen ocho años, por lo que hay que estar atento a los diferente síntomas que pueden alertarnos de que nuestro hijo padece alguno de los problemas más comunes de vista entre los niños. Y, por supuesto, no hay que esperar hasta que empiecen el colegio para hacerles revisiones oftalmológicas periódicas.
Ambliopía
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Por este nombre es posible que no te suene, pero sí como “ojo vago”. Afecta hasta a un 5% de la población y tienen más posibilidades de padecerlo los niños prematuros, con antecedentes de ojo vago en la familia o si tienen problemas de retina. Cuanto antes se diagnostique, más rápido y eficaz será el tratamiento. Es importante llevar a nuestro hijo al oftalmólogo, ya que la ambliopía es asintomática, aunque puede que el niño se queje de dolor de cabeza o cervicales. En el caso de los niños mayores, se puede manifestar porque, aunque han aprendido a leer, confunden letras o se saltan palabras.
Estrabismo
El estrabismo hasta a un 6% de la población. Puede ser una consecuencia de la ambliopía y es importante diagnosticarlo a tiempo. Es un problema de la vista que no puede corregirse en los adultos, pero sí en los niños, así que presta atención si tu hijo muestra alguno de estos síntomas:
- Mala alineación de los ojos
- Tuerce un ojo o lo cierra para enfocar
- No mueve los ojos en la misma dirección
- Inclina la cabeza hacia un lado cuando mira a un punto concreto
- Guiña o se frota los ojos a menudo
Defectos refractivos (Hipermetropía, miopía o astigmatismo)
Son los más habituales, ya que los padece hasta un 20% de la población. El más común de ellos en los niños es la hipermetropía, que provoca que el foco de la imagen necesite una distancia mayor de la normal. Las hipermetropías leves no suponen un riesgo, pero si son elevadas hay más posibilidades de padecer ambliopía o estrabismo.
La miopía hace que se vean borrosos los objetos lejanos, y tiende a aumentar con el tiempo. Es importante hacer un seguimiento de su progresión con controles periódicos realizados por el oftalmólogo.
El astigmatismo provoca que la visión sea borrosa, tanto de cerca como de lejos. Se trata de un problema de la vista que puede desaparecer en los primeros años de vida sin más consecuencias, algo que no ocurre con la miopía.