Tres años después de la muerte de Aless Lequio, Ana Obregón cumplió la última voluntad de su hijo. Según ha contado la propia actriz en 'El chico de las musarañas', el libro que comenzó el joven y que su madre terminó contando su propia experiencia, Aless le pidió a sus padres que cumpliesen su último deseo y trajesen al mundo a un hijo póstumo. El pasado mes de marzo, para sorpresa de todos, la actriz abandonaba el hospital infantil de Miami con su nieta en brazos.
Desde ese mismo momento, Ana Obregón ha ido mostrando a través de sus redes sociales la realidad todo lo que ha sentido desde que nació Ana Sandra. Su nieta le ha dado la fuerza necesaria para continuar viviendo cada día desde que perdió a su hijo, víctima de cáncer. "Mi Aless, tu hija hoy cumple dos meses. Cada segundo de cada día le doy todo el amor que tanto te hubiera gustado poder darle. La abrazo por ti. La cuido por ti. La amo por ti. Y sé que tú nos proteges desde allá donde estás durmiendo", le aseguró a su hijo hace unos días en una carta que publicó en su cuenta de Instagram.
Desde su apartamento de Miami, ese en el que se instaló días antes del nacimiento de su nieta, la actriz ha publicado una fotografía junto a los dos "amores" de su vida. Tumbada en la cama, con Ana Sandra en brazos y la imagen de su hijo Aless apoyada en la mesilla, la intérprete cumple el que sería "el selfie" de su vida si su hijo Aless "estuviera aquí".
Ese "selfie" con los dos "amores" de su vida ha sido una respuesta pública y tajante a todos aquellos que han criticado en las últimas semanas que Ana Obregón cumpliese la última voluntad de su hijo. El proceso de gestación, la edad a la que va a criar a esa niña o el deseo de traer un bebé de una persona que ha fallecido son solo algunos de los puntos que se han puesto sobre la mesa de debate en los últimos meses. No solo de debate social, ya que el nacimiento de Ana Sandra ha llegado incluso a ser tema en el Congreso.
Ana Obregón ha dicho que ese "amor" era el que algunas personas le quería "robar", "personas tóxicas con un gran problema, una mente cerrada y la boca demasiado abierta". "Son pocas y sus palabras, que lanzan como cuchillos, me hacen cosquillas después de tener que enterrar a mi único hijo. Sin embargo, la mayoría me lanzáis palabras llenas de empatía y amor que me llegan directas al corazón. Gracias", ha terminado diciendo.