Tamara Falcó e Íñigo Onieva son mujer y marido desde hace ya más de una semana. La pareja se encuentra actualmente de su luna de miel, un viaje que ha comenzado en Sudáfrica y que les llevará por buena parte del globo durante las próximas semanas. Mientras los ya cónyuges disfrutan de estos primeros días como matrimonio tras meses de preparativos y de un sucesión de obstáculos e impedimentos, la prensa en España ya se pregunta si los marqueses de Griñón prevén ampliar la familia y estrenarse como padres en un futuro. Hace unos días se le preguntaba a Juan Avellaneda, amigo íntimo suyo. Y ahora hemos conocido ahora los planes de Tamara sobre una posible maternidad, de su propia boca.

Ha sido la propia hija de Isabel Preysler, de que en noviembre cumplirá cuarenta y dos años. quien ha revelado lo que piensa (y lo que ha preparado) al respecto. Lo ha hecho en conversación con ¡Hola!, revista que ha recogido los reportajes en exclusiva del enlace de la temporada. Falcó tiene claro que quiere ser madre junto a Onieva. Y, con ello en mente, ha dado los primeros pasos para ello. Lo hizo hace ya meses, como ella misma ha explicado, después de que su entorno le recomendase un método natural con el que "medir" su cuerpo y asegurarse de que está todo bien.

Se trata del denominado método Fertilitas, del que la aristócrata ha dicho que "aunque es laborioso, es un proceso muy bonito". Se basa, esencialmente, en el estudio y seguimiento del ciclo de fertilidad, monitorizando y manteniendo la salud reproductiva y ginecológica de la mujer. Falcó recibió opiniones y recomendaciones por más de una vía: una amiga le habló de ello, y también un amigo de su hermano pequeño, Duarte Falcó.

Tamara ya ha comenzado a tomar el tratamiento, basado en la naprotecnología y considerado no invasivo. Reconoce que es una técnica que requiere de tiempo, y que durante estos meses de ajetreo y preparativos no ha sido "la mejor alumna del mundo", aunque sí ha intentando mantener un cuerpo sano. El proceso requiere, como ella misma ha detallado, reunirse con una monitora para poder ir, poco a poco, ir conociendo su cuerpo.

La pareja quiere, en todo momento, agotar las opciones de maternidad naturales antes de plantearse otras posibilidades. Por ahora, descartan escenarios como el de la congelación de óvulos, que consideran "fruto de un laboratorio".

Si la novia tuvo su entrevista, ya casada, con el citado medio, el novio no podía ser menos. La entrevista exclusiva con el empresario se ha publicado hoy, y sirve para constatar ese deseo de ambos por formar una familia.

Íñigo cifra en tres el número de hijos que Tamara y él consideran perfecto. "Después de habernos casado, lo que nos hace ilusión es tener hijos. Pero cuando vengan", responde en la revista. Aunque reconoce no ser muy niñero, sí le gusta, por ejemplo, pasar tiempo con los hijos de Ana Boyer, a quien considera totalmente sobrinos suyos.