Durante la lactancia materna, el bebé pasa mucha horas en el pecho de su madre. Teniendo en cuenta que la recomendación de los expertos es que la lactancia sea a demanda, durante las primeras semanas parece que el bebé solo quiere estar mamando. Eso sí, no siempre lo hace con la intención de comer, lo que se conoce como la succión nutritiva que tiene muchos beneficios para el niño. Te contamos qué es este tipo de succión y por qué es necesaria.
Habrás oído que cuanto más succiona el bebé, más leche produce la madre. Y esto ocurre también cuando no lo hace con la intención de alimentarse, es decir, cuando realiza una succión no nutritiva. Es cierto que la succión nutritiva es más intensa que la no nutritiva, pero la segunda también es capaz de activar los receptores de oxitocina y prolactina, ya que se encuentran en el pezón y la areola. De hecho, incluso cuando pensamos que el bebé está alimentándose, lo más habitual es que alterne los dos tipos de succiones, la nutritiva y la no nutritiva. Es decir, aunque aparentemente esté mamando, no tiene por qué ser así todo el tiempo.
Sabemos que puede resultar agotador el tiempo que el bebé, sobre todo en los primeros meses de vida, está mamando en el pecho. Sobre todo, cuando entendemos que no tiene hambre, pero aún así demanda poder succionar. La naturaleza es sabia y, como hemos dicho, la succión tiene como objetivo, además de alimentar al bebé, estimular la producción de leche. Esto último es lo que también consigue la succión no nutritiva, pero hay otros muchos beneficios para el bebé.
Seguro que te suena: cada vez que el bebé necesita consuelo acude a tu pecho a succionar. La razón es que es la forma en la que más cerca te siente, ya que eres su principal referente en el mundo, unido a que el acto de succionar le aporta mucha tranquilidad. Pero hay más: