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La autoestima es esencial en el desarrollo de los niños. Fomentarla cuando son pequeños no solo les servirá durante la infancia, sino que también les ayudará en su vida adulta. Un niño con una autoestima saludable se muestra confiado, seguro y capaz de enfrentarse a los desafíos que se le presenten. Por lo tanto, como padres debemos favorecerla desde edad temprana. Te contamos cuáles son los comportamientos que tienen los niños con buena autoestima, para que puedas identificarlos en tu hijo.
Con todo, recuerda que no todos los niños son iguales, y que tu hijo puede mostrar estos comportamientos de los que te hablamos de formas diferentes según su personalidad y el momento. Lo fundamental es que le ofrezcas un entorno con amor y alentarle en cada paso que dé, ya que estas son las claves esenciales de una autoestima fuerte y saludable.
Los niños con una buena autoestima se sienten seguros al enfrentarse a nuevos retos y confían en poder superarlos. Tiene confianza tanto sus capacidades y habilidades como en sus decisiones y, si alguien intenta desanimarlos, no se dejan influenciar con facilidad.
Para aceptar los propios errores y aprender de ellos es necesario tener un buena autoestima. Cuando no es así, lo habitual es castigarse y arrepentirse de los errores. Aprender de las experiencias y buscar soluciones constructivas es un indicador de la confianza en uno mismo.
Aunque les venga bien, no necesitan de la aprobación constante del entorno para sentir que son valiosos. Su buena autoestima les permite reconocer y valorar sus cualidades y sus logros, sean grandes o pequeños. Esto es porque tienen una imagen positiva de sí mismos.
En sus relaciones con los demás, los niños con buena autoestima se muestran asertivos. Esto quiere decir que expresan con seguridad sus emociones, pensamientos y necesidades. Lo hacen, además, de manera respetuosa, y saben defenderse cuando sienten que son tratados de manera injusta.
La buena autoestima ayuda a los niños a ser resilientes, enfrentándose con positividad a los obstáculos y adversidades que se encuentran en la vida. Son capaces de superarlos, además de verlos como una oportunidad para aprender y crecer.
Al sentirse seguros de sí mismos, son niños capaces de mostrar empatía poniéndose en el lugar de los demás. Por eso muestran sensibilidad ante las emociones de los demás y les ofrecen apoyo y comprensión. Se trata de una habilidad que favorece las relaciones saludables con otras personas.
Les gusta asumir responsabilidades que son acordes a su edad, mostrando autonomía e independencia. Esto es porque confían tanto en su capacidad para llevar a cabo lo que se proponen como en su juicio para tomar esa determinación.
Cuanta más autoestima tienes, más aceptas a otras personas tal y como son. Y, sobre todo, te aceptas a ti mismo tal y como eres. Es algo que se ve en la ausencia de juicios negativos sobre los otros y sobre sí mismos.
Por lo general, los niños con buena autoestima tienen una actitud positiva hacia la vida. Ven el mundo con optimismo y saben enfocarse en las cosas buenas y en las oportunidades que surgen en el día a día.