¿Qué es el asma de esfuerzo en niños y por qué el deporte les afecta?
El asma es una enfermedad crónica muy habitual en la infancia
En ocasiones se produce tras realizar una actividad física intensa
En ese caso se le conoce como asma de esfuerzo
El asma de esfuerzo en niños es una de las manifestaciones de esta enfermedad crónica más habituales en la infancia. Aunque el asma puede desaparecer cuando el niño se hace adulto, hasta entonces la práctica de deporte puede desencadenar episodios en los que al pequeño le falte el aire o aparezcan las sibilancias propias de esta enfermedad. Te contamos cómo se produce el asma infantil relacionado con el ejercicio físico y cómo tratarlo.
¿Qué es el asma?
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Se trata de una enfermedad inflamatoria de carácter crónico que puede producirse por diferentes factores, entre ellos el hereditario, o por la reacción a alergenos de distinto tipo. El tabaquismo, incluso el tabaquismo pasivo, y la polución ambiental también pueden desencadenar episodios asmáticos. Y, tal y como hemos dicho al principio, habría que incluir la práctica de deporte. El asma se produce cuando hay una hiperrespuesta bronquial ante una obstrucción del flujo aéreo, que se manifiesta con tos, opresión torácica, dificultad respiratoria y sibilancias (comúnmente llamadas “pitos”)
¿Qué es el asma de esfuerzo?
Hasta un 40% niños y adolescentes sanos que, sin haber padecido nunca un episodio asmático, se encuentran con él de forma inesperada un día tras haber hecho deporte. Se produce, sobre todo, cuando el ejercicio físico ha sido intenso y de tipo aeróbico y se ha realizado al aire libre en época de frío. De hecho, es muy habitual que lo padezcan al esquiar o al patinar sobre hielo en una pista exterior.
Al termina la actividad física es cuando comienzan a sentir la dificultad para respirar, la opresión en el tórax y las sibilancias. Aunque se trata de un episodio que causa preocupación y es muy molesto para el niño, suele durar poco tiempo.
¿Qué hacer si mi hijo padece asma de esfuerzo?
Aunque la primera reacción sea que el niño evite el ejercicio físico, esto no es lo recomendable, ya que el deporte mejora significativamente el asma, aumentando la resistencia a la enfermedad y disminuyendo la frecuencia de los episodios. Con todo, es muy importante consultar con un especialista para que determine qué tipo de asma padece el niño y cómo debe tratarse.
Se debe realizar un seguimiento y analizar si hay otros desencadenantes de asma. Este suele tratarse con broncodilatadores que, en el caso del asma de esfuerzo, se utilizan unos 15 minutos antes de hacer ejercicio y tienen una eficacia de 2-4 horas.