Sabemos que la mirada sobre el trabajo de parto ha evolucionado en los últimos años y que hay prácticas que ya no se realizan de manera rutinaria, sino cuando es estrictamente necesario, como en el caso de la episiotomía. La inducción al parto tiene muchas ventajas pero, según la OMS, el porcentaje de esta práctica ha ausentado considerablemente en los últimos años. Por eso queremos que conozcas las preguntas que debes hacer si te plantean un parto inducido.
El parto inducido o la inducción del trabajo de parto provoca las contracciones uterinas antes de que el parto comience por sí solo con la intención de favorecer un parto vaginal y seguro. Cuando el personal médico propone un parto inducido, existe algún tipo de preocupación por la salud de la madre o el bebé. y se valora que los beneficios superan a los posibles riesgos. Con todo, estas son las preguntas que debes plantear para poder prepararte.
Como te decimos, cuando se plantea la inducción del trabajo de parto, la premisa es que los beneficios superan a los riesgos. Puede que la rotura de la bolsa deje al bebé sin líquido amniótico, que se haya desprendido la placenta o que exista una infección. No dudes en preguntar qué ha motivado que se haya planteado la inducción.
Pregunta al equipo médico que te atiende por estos riesgos, entre los que se encuentran:
Existen diferentes métodos que pueden combinarse para desencadenar el trabajo de parto:
No hay dos partos iguales y tu caso debe ser valorado de una manera particular. Podría ser que la única alternativa a la inducción para garantizar tu seguridad y la del bebé fuera practicar una cesárea.
Que se realice una inducción no garantiza que vaya a producirse un parto vaginal exitoso, aunque se realice con esa intención. Pregunta en tu hospital qué porcentaje de inducciones se realizan y cuántas terminan en cesárea o parto instrumentalizado.