Espasmo del sollozo: qué hacer y cómo actuar para ayudar al niño
A veces los niños pequeños lloran con tanta fuerza que dejan de respirar
Se conoce como espasmo del sollozo y causa mucha angustia a los padres
Te contamos qué es y cómo debes actuar
Los espasmos del sollozo son episodios muy alarmantes para los padres, aunque inofensivos para los niños, que generan mucha angustia, ya que mientras duran el niño deja de respirar. Se producen normalmente cuando el pequeño tiene una rabieta descontrolada y llora de manera exagerada. De repente, deja de coger aire y se paraliza durante unos segundos que, lógicamente, se hacen eternos para el adulto que está con él. Por eso es importante saber cómo actuar cuando se producen y así ayudar al niño a recuperarse y respirar con normalidad cuanto antes.
Tipos de espasmos del sollozo
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El espasmo del sollozo más frecuente es el cianótico y se produce cuando el pequeño llora de una forma intensa, bien porque se ha enfadado, se ha asustado o ha sufrido una caída. Al llorar expulsa el aire de manera continuada y, de repente, se paraliza y no puede respirar, llegando a ponerse azul.
El otro tipo de espasmo del sollozo es el pálido. Se produce tras un susto o sobresalto y provoca que el niño se paralice y se ponga pálido, dejando de respirar.
A qué edad pueden darse
Los espasmos del sollozo suelen darse en niños de entre seis meses y 5 años, aunque el porcentaje de niños que lo padecen es bajo, del 5%. A las dos años de edad es cuando puede producirse un pico de espasmos del sollozo en los niños.
Cuánto dura un espasmo del sollozo
Aunque parece una eternidad, los espasmos del sollozo duran entre 10 y 15 segundos, que es lo que tarda el cerebro en darse cuenta de que no le está llegando oxígeno y reaccionar para que el niño vuelva a respirar. Esta acción del cerebro puede provocar que el niño pierda la consciencia para que recupere la respiración. Aunque resulta muy alarmante, no es grave ni tiene consecuencias.
Cómo actuar ante un espasmo del sollozo
Es más fácil decirlo que hacerlo, pero lo cierto es que lo mejor que puedes hacer si tu hijo tiene un espasmo del sollozo es mantener la calma. No hay que golpearle, ni zarandearle para que vuelva a respirar, ni tampoco intentar hacerle el boca a boca, porque solo podemos empeorar la situación.
Si pasa el tiempo y no respira si debes acudir a urgencias, porque en ese caso no estaríamos hablando de un espasmo del sollozo sino de otro tipo de problema. También pueden introducir con suavidad los dedos en su boca para comprobar que no se está atragantando.
Aunque todo pase en cuestión de segundos, tras un primer espasmo del sollozo es importante que acudas al pediatra para que pueda valorar si se trata de un hecho puntual o si hay otras razones detrás de que haya dejado de respirar momentáneamente.