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La adolescencia es una etapa en la vida de nuestros hijos en las que experimentan cambios muy intensos, tanto físicos como psicológicos y emocionales. Se trata de un momento único para favorecer el desarrollo de su personalidad de manera positiva, y algo muy importante que podemos hacer al respecto es ayudar a los adolescentes a desarrollar habilidades de liderazgo. Tener eses habilidades implica influir positivamente en otras personas, desde una actitud responsable, para conseguir determinados fines. Y todo esto siempre desde la honestidad, el respeto, la capacidad creativa y la comunicación.
En un mundo complejo en el que vivimos, la preocupación de la mayoría de progenitores es ofrecer a sus hijos herramientas que les permitan desenvolverse en sociedad con seguridad, éxito y firmeza. Y para ello la capacidad de liderazgo es muy útil y beneficiosa. Conseguirlo no es cuestión de decirle a tu hijo que debe ser un líder, sino de fomentar en él actitudes que le ayuden a asumir responsabilidades con confianza. Te contamos qué puedes hacer para conseguirlo.
Un buen líder sabe comunicarse con los demás, expresando sus ideas con claridad y escuchando qué tiene que decir el resto acerca del tema que se esté tratando. Para fomentar estas aptitudes es importante que tu hijo tenga la posibilidad de expresarse en casa con libertad, aprendiendo a hacerlo con respeto y confianza y, por supuesto, escuchando también al resto de personas.
A ser responsable se aprende asumiendo responsabilidades. No hay otra. Así que, más allá de las obligaciones relacionadas con los estudios, asigna a tu hijo alguna responsabilidad dentro de la casa que tenga que cumplir para el bienestar de todos.
Los adolescentes son muy resolutivos e ingeniosos, y su punto de vista puede ser de gran ayuda a la hora de resolver diferentes tipos de problemas. Si comienzas por pedir su opinión en asuntos que no sean de gran relevancia, poco a poco podrá ir aportando más a los asuntos que afecten a la familia. Esto es muy importante en su desarrollo, porque le ayuda a ampliar su campo de visión para encontrar soluciones que beneficien a todos.
Uno de los problemas educativos más visibles de los últimos años es que los niños crecen en entornos donde todo lo que quieren o necesitan se consigue de manera inmediata. Por eso es importante que nuestros hijos aprendan que la perseverancia es fundamental para conseguir cualquier meta que de verdad merezca la pena. Y que en ese camino, además, va a haber reveses y dificultades, pero que con esfuerzo y resiliencia podrán superarlos.