El próximo mes de julio, Violeta Mangriñán y Fabio Colloricchio celebrarán el tercer cumpleaños de su primogénita, Gala, que llegaba al mundo dos años antes que Gia, la segunda hija de la pareja. Desde el nacimiento de ambas, la influencer ha compartido de forma pública las vivencias de las pequeñas, así como las primeras veces que también le atañen a ella.

“Se ha quedado llorando, se cogía de mi cuello y me he ido escuchando llantos”, escribía la valenciana en septiembre, durante los primeros días de la de dos años en su nueva etapa escolar. Ahora, cuando se cumplen cinco meses de sus primeros pasos en la escuela infantil, ha sido su madre quien se ha sincerado una vez más en sus redes sociales sobre cómo avanza su adaptación.

Una vez superado el duro trámite que supuso para Violeta dejar a Gala en la guardería las primeras semanas, la influencer y su familia lidian, sin embargo, con el resto de consecuencias a las que el resto de padres también tienen que hacer frente en las edades tempranas de los más pequeños de la casa y que ahora ella ha relatado en su perfil de Instagram. “La noche de ayer un infiernito, no os imagináis”, ha comenzado explicando.

Tras su primera declaración, la creadora de contenido ha querido ofrecer más detalles acerca del motivo que le ha llevado a expresar su descontento: “Hasta el moño de los regalitos que trae Gala del cole. Semana sí, semana no, virus nuevo. Volvemos a tener hospital de campaña en casa”, ha narrado sobre la exposición intensa que se produce en los centros educativos y que se traduce en episodios de infecciones para la niña que, en este caso, han trascendido al resto del clan.

Unas horas más tarde de la primera historia temporal en la que se sinceraba acerca de su estado de salud y el de sus hijas, Mangriñán ha confirmado que tanto ella como sus “bichi bichis siguen pachuchas” y ha querido lanzar un deseo después de los mensajes recibidos por las que se encuentran en la misma situación: “Muchas mamis me escribís una vez más diciéndome que el primer año de escuela infantil es lo peor, que cada dos por tres se ponen malos, pero que es el año de la inmunización, que los próximos no se ponen tan malitos… Solo os digo una cosa, que Dios os escuche porque hasta el moño se queda corto”, ha sentenciado. 

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