Tamara Falcó acudía este jueves 20 de febrero al desfile de Pedro del Hierro en la Semana de la Moda de Madrid. En su encuentro con los compañeros de prensa, la hija de Isabel Preysler ha querido aclarar la realidad de su noche de San Valentín con Íñigo Onieva que tanto ha dado que hablar estos días, asegurando que cenaron juntos y que todo fue una estrategia para evitar que los paparazzis les siguieran. En lo personal, la marquesa de Griñón ha explicado que por ahora está "muy contenta" y que la idea de formar una familia, como es muy creyente, cree que si Dios no se la manda "por algo será".

Eso sí, Tamara ha explicado que también acude a la ciencia, a los médicos y a sus revisiones. "Todo lo que he hecho es con ciencia detrás. Yo rezo pero también visito médicos", respondía sobre los tratamientos a los que se ha sometido en el último año para ser madre.

En septiembre de 2023, poco después de su boda, Tamara Falcó dijo públicamente que le "encantaría ser madre" y que, como es "muy creyente", sería "lo que Dios quiera". "Es verdad que con Fertilitas fenomenal, me han estado haciendo un seguimiento. Estoy muy contenta y por ahora todo bien", explicó en aquel momento. "Es justamente para ir adelantando. Al ser un método natural tarda mucho tiempo. No me dicen fecha. Lo del sexo que prefiero es una pregunta horrible. Ojalá primero me quede embarazada, luego ya pensaré en el nombre", dijo sobre sus planes de maternidad entonces.

En el programa 'El Musical de tu vida' que presentaba Carlos Sobera, Tamara Falcó contó que su creencia religiosa se formó "poquito a poco", pero sí hubo un momento exacto que recuerda especialmente. "El verano que mi padre se separaba de su tercera mujer, me fui al campo con él y me llevé lectura de verano. Me llevé la Biblia porque estaba como iluminada y me empezó a llenar, las escrituras empezaron a tener sentido. Ya por eso empecé a preguntarle a mi abuela si podía ir a confesarme. Me ocurrió a los 27 años", contó la marquesa de Griñón.

Ella siempre había tenido la noción de que Dios existía, pero no conocía a Jesús, que hasta entonces para ella era simplemente un personaje histórico. "Empecé a rezar y poco a poco mi vida cambió. Yo lo estaba pasando mal por mi padre, pero no particularmente. Mi madre se enfadaba conmigo y me decía: 'Si lo tienes todo, ¿por qué no eres del todo feliz?' Y no sabía decírselo. Cuando me hablaban del alma, que tenías que ser feliz contigo misma, yo no sabía hacerlo. Lo descubrí a través de Jesús. Empecé a rezar y Jesús me cambió la vida y a través de él empecé a quererme más a mí misma y a los de mi entorno", contó entonces sobre su creencia.

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