No hay prácticamente ningún rincón del mundo en el que no se esté hablando de ‘Adolescencia’, incluso famosas como Sara Carbonero ha reflexionado sobre ello. En esta miniserie se dejan pistas importantes que pueden ayudar a proteger o reconducir a los jóvenes que estén en esa etapa.

Una de esas claves son los emojis y sus significados: lo que para nosotros pueden parecer inocentes dibujitos, para ellos cobran una dimensión que no alcanzamos a conocer. ‘Adolescencia’ deja una cantidad de información suficiente como para saber cuándo estar alerta si en el móvil o en el ordenador de nuestros hijos e hijas. Esto es lo que la miniserie nos cuenta sobre cómo usan los emojis los adolescentes y qué pueden ocultar del comportamiento de estos.

En el segundo capítulo vemos una conversación realmente reveladora entre Luke, el policía que lleva la investigación del delito cometido (no desvelaremos nada por si no la has visto), y su hijo, Adam. Este le dice a su padre que no se entera de las "miguitas de pan" que dejan los emojis para encontrar el camino a la resolución del caso. Seguro que, si eres madre o padre de un/a adolescente, te has encontrado con que, al mandarle un emoji determinado por WhatsApp, te contesta algo así como que “no te enteras” o que no sabes usarlo. Bien, por aquí van los tiros.

El chico le explica a su padre, que ha ido al instituto a investigar, que algunos emojis que los jóvenes utilizan en las redes sociales tienen significados que los adultos no saben ver. Por ejemplo, la píldora roja. Para entenderlo tenemos que irnos a la película ‘Matrix’. En ella, Morfeo le explica a Neo que puede elegir entre tomar la píldora azul e ignorar la realidad de lo que sucede, sumergiéndose en un mundo ficticio, o tomar la roja y despertar, conocer el verdadero sentido de lo que pasa: algo duro de asimilar, reservado a unos pocos.

Entre los adolescentes, en concreto entre los que se consideran 'incels' (célibes involuntarios: chicos que quieren tener sexo con chicas pero no lo consiguen y las culpan a ellas de no tenerlo), la pastilla roja (el emoji es una cápsula roja y amarilla) representa abrir los ojos a la realidad, "despertar" ante el hecho de que el feminismo, según ellos, ha hecho despertar a las mujeres y les ha concedido demasiado poder. 

Junto a la píldora aparece un cartucho de dinamita. Esto significa el estallido de esa realidad, de esa píldora. Aquí conviene hablar de la 'manosfera' o 'machosfera', una red de webs, blogs, perfiles sociales, youtubers…, que promueven una masculinidad tóxica, violenta, misógina, donde el hombre toma el poder y somete a la mujer. Este estallido de la píldora viene a representar la idea de que ese joven o ese hombre ha estallado y va a pasar a la acción. Es enorme la cantidad de perfiles de este tipo a los que muchos chicos adolescentes siguen y veneran. 

Además, también se habla del significado de color de los corazones: para los adolescentes el rojo significaría amor; el morado (color asociado con el feminismo) para ellos reflejaría deseo sexual; el amarillo, “me interesas y yo a ti”; el rosa, “me interesas, pero no con sexo” o el naranja que “todo irá bien”.

En esta misma charla, Adam le explica a Luke la teoría 80/20 que estos jóvenes creen a pies juntillas y promueven: el 80% de las mujeres se sienten atraídas por el 20% de los hombres, lo que dejaría al otro 80% sin ninguna posibilidad de relacionarse con la inmensa mayoría de las mujeres. Es una teoría que alimenta el universo 'incel', y que impacta en la manera en la que se relacionan estos chicos con las chicas. También el protagonista, Jamie, la menciona en el tercer capítulo.

Otro de los emojis de los que Luke habla con su padre es el corazón. Cada corazón tiene un significado según su color: el rojo representa el amor; el amarillo, interés mutuo; el morado, deseo sexual, y rosa, atracción inocente, sin buscar sexo. Otro de los emojis que se mencionan es la judía: con él se identifican a los distintos 'incels' en foros y redes sociales. 

Y es que la serie afronta, en definitiva, la brecha digital generacional: padres que ignoran todo este universo de significados y que, como dicen los del protagonista, creen que sus hijos están a salvo porque solo miran el ordenador o el móvil… sin saber que el mal puede acechar desde la pantalla.

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