Desde hace más de una década Dulceida es reconocida por ser una de las personas más influyentes de nuestro país e, incluso, algunos la consideran la primera influencer de España. Aida Domènech, que acumula tres millones y medio de seguidores en sus redes, y su mujer, Alba Paul, se convirtieron en madres por primera vez a través del método ROPA el pasado 15 de octubre. La pareja dio la bienvenida a Aria, que nació de un óvulo fecundado de Alba y que fue gestado durante nueve meses por Dulceida.
El pasado viernes, 4 de abril, la influencer catalana estrenó la segunda temporada de su docuserie ‘Dulceida al desnudo 2+1’ – cuyo primer capítulo ya está disponible en Mitele Plus – en la que no solo hemos podido descubrir que por fin han firmado los papeles para estar oficialmente casadas con un acuerdo matrimonial, sino que la de Badalona ha emprendido un viaje a través de estos cuatro capítulos en el que comienza con su reconciliación con Alba y termina con el nacimiento de su hija.
En Divinity.es hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Dulceida y hablar con ella sobre todo lo que ha ocurrido en su vida desde que grabó el documental. La influencer se ha estrenado en la maternidad, algo que ha puesto a prueba su hipocondria (es decir, una preocupación excesiva por tener o padecer alguna enfermedad).
Cuando nació su hija Aria, Dulceida y Alba decidieron enviar un mensaje a sus más allegados con las “normas” e instrucciones de las cosas que no querían que le hicieran a su hija. En el vídeo que te mostramos encima de este párrafo la influencer nos cuenta las peticiones que hizo a través de una imagen de su hija recién nacida entre las que estaba que no “le dieran besos” - al principio - “en ningún sitio”, ni “siquiera en los pies”, nos especificaba ella. Una solicitud que fue muy difícil de cumplir y que, incluso, tuvo “alguna peleíta por incumplimiento de normas”, relataba Dulceida entre risas al recordar el anecdótico momento en el que tuvo que enfadarse con su padre.
“Al final soy un poco hipocondriaca yo quería protegerla, que no se pusiera mala, porque un bebé indefenso, tan pequeñito…”, nos explicaba Dulceida para que entendiésemos el por qué de ese mensaje. Sin embargo, cuando Aria cumplió los cuatro meses y sus correspondientes vacunas, Dulceida y Alba empezaron a ser un poco más flexibles con estas “normas”. Con el paso del tiempo, la influencer cree que va siendo menos hipocondriaca, algo en lo que Alba la ha ayudado mucho y, en su opinión, esto que le ha pasado con el nacimiento de su hija es algo que les pasa a todas las madres primerizas.
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