Adoptar a un bebé: todo lo que hay que saber antes de tomar esta importante decisión
Tomar la decisión de adoptar a un niño nos obliga a pararnos a pensar si estamos preparados, en todos los sentidos, para asumir esa responsabilidad.
Te ayudamos a resolver las dudas que pueda plantearte esta decisión, para que lo hagas de una manera consciente y segura.
Si estás pensando, sola o en pareja, adoptar un bebé, seguro que tu cabeza está llena de preguntas que no puedes responder con precisión. Y, al tiempo, es muy posible que ni te plantees algunas cuestiones que deberías conocer antes de iniciar un proceso de adopción.
A pesar de que hace años que se trata de un proceso legislado y que sigue unos cauces institucionales muy marcados, la adopción como tal ha existido desde siempre. En su origen estaba motivada por la pobreza, la falta de salud o las guerras. Esto, unido a la falta de medios contraceptivos dejaba a muchos niños sin los cuidados de unos progenitores y la tendencia era hacerse cargo de quien lo necesitaba.
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En las tres últimas décadas, el origen de la adopción se encuentra principalmente en la infertilidad, las nuevas estructuras familiares y el deseo de formar una, sea del tipo que sea, que incluya tener hijos.
No hay dos adopciones iguales
Aunque tendamos a hacer generalizaciones cuando utilizamos el concepto de adopción, hemos de saber que cada una es única, porque así es cada persona adoptada, del mismo modo que lo es cada familia que adopta. Orígenes, edad, nivel de sufrimiento, vínculo con la familia biológica, cuidados recibidos...No hay un perfil único de persona adoptada. Del mismo modo que las familias adoptantes pueden ser convencionales, monoparentales y homoparentales. Pueden estar casadas o no, tener problemas de fertilidad o no, puede que haya en la familia otros hijos, biológicos o adoptados… La suma de estas y otras circunstancias hacen que no haya dos adopciones iguales, y que cada proceso sea llevado de manera individual, a pesar de que existan unas pautas generales.
Saber qué tipo de adultos somos
Tener un hijo, en las condiciones que sea, implica siempre una responsabilidad enorme que debemos estar preparados para asumir. Pero, además, cuando hablamos de adopción, debemos pensar en que como familia adoptante vamos a hacer un sobre esfuerzo. Y esto no tiene nada de negativo, pero es importante saberlo, porque cuando tenemos un hijo biológico todo lo que haya que asumir a nivel emocional viene ligado inevitablemete a nuestra propia historia vital. Al adoptar vamos a asumir, además de nuestra vivencia, la de otra persona que procede de una realidad diferente a la nuestra, y con la que vamos a crear un contexto común en el que vivir y desarrollarnos.
Por eso, como padres adoptivos, hemos de estar bien informados de todo lo referente al proceso de adopción, tener buena tolerancia a la frustración, y contar con la madurez mínima para educar con todo lo que conlleva, tanto de entrega absoluta como de tener la capacidad de poner determinados límites.
La primeros años de la infancia son importantes, pero no determinantes
Es decir, es cierto que hay que hacer un sobre esfuerzo durante un determinado tiempo, que será mayor o menor en función de todas las variables posibles. Y también lo es que está demostrada la importancia que tienen los primeros años de vida para el desarrollo saludable de las personas a nivel psíquico, físico y social.
Pero también está demostrado que los niños tienen una capacidad enorme de adaptación que les permite avanzar de manera progresiva y positiva en un entorno de seguridad, afecto y coherencia.
Para que todo el esfuerzo que hagamos dé los mejores frutos, debemos indagar todo lo que podamos en las circunstancias anteriores a la adopción del que va a ser nuestro hijo. Sabemos que lo que más necesita un niño, por encima de todo, es amor, pero no es lo único. Conocer su pasado, si ha vivido experiencias traumáticas de cualquier tipo, si deja atrás hermanos u otro tipo de familia, si viene de estar en su casa o pasado por uno (o varios) centros de acogida… Cuanta más información tengamos, de más herramientas dispondremos para avanzar con paso firme y seguro en la relación que vamos a crear con nuestro hijo.
Adopciones abiertas: qué hay que tener en cuenta
Se habla de adopciones abiertas cuando la familia adoptante considera que, por los motivos que sea, el menor puede o debe tener contacto con su familia biológica. Para que estos encuentros puedan tener lugar han de darse una serie de condiciones que son evaluadas en cada caso por los servicios de protección del menor. En esta valoración se incluye si la familia biológica tiene la suficiente madurez para que los encuentros se produzcan y, por supuesto, si el menos está o no de acuerdo con ello.
¿Hay diferencia entre la adopción nacional y la internacional?
Es un duda muy frecuente pensar si resulta más fácil asumir la responsabilidad de un niño adoptado en el propio país, o si lo es cuando lo adoptamos en el extranjero. Se ha demostrado que esta cuestión no interfiere para nada en el desarrollo físico y emocional del niño, y que lo único que importa es cuáles han sido sus vivencias y si han supuesto algún tipo de sufrimiento, algo que puede ocurrir en cualquier lugar del mundo.