De canalizar la energía a mejorar el autoestima: los beneficios de las artes marciales en niños y adolescentes

  • Más que deportes de autodefensa, las artes marciales ayudan a niños y adolescentes a mejorar su coordinación corporal o permitir una mayor concentración

  • Judo, kárate o taekwondo, existen numerosas opciones que pueden generar grandes beneficios en el día a día de tu hijo

Con la vuelta al cole llega el momento de pensar qué actividades extraescolares pueden realizar nuestros hijos aún con la preocupación que existe con el coronavirus. Idiomas, clases de apoyo, actividades artísticas o deportes, estás suelen ser las clases que copan las tardes de los más pequeños durante el curso escolar. Pero una de las actividades que cada vez coge más fuerza son las artes marciales, un entrenamiento con cientos de años de antigüedad que puede traer grandes beneficios a los niños no solo para su forma física. El judo o el kárate son dos de las prácticas más famosas pero, ¿quieres saber las ventajas que pueden traerle a tu hijo?

Las artes marciales son mucho más que deportes de autodefensa, que es con el propósito que surgieron, pero con el tiempo y su instalación en occidente han evolucionado y es un gran método para el desarrollo de la fuerza física y también para la mental, pues sus movimientos requieren de una gran conexión entre mente y cuerpo. Todo esto hace que, más o menos, la edad idónea para comenzar a practicar cualquiera de las disciplinas sea sobre los cinco años, ya que los niños más pequeños puede que aún no cuenten con las habilidades necesarias para su desempeño.

Mejora de la atención y el crecimiento personal

Uno de sus principales beneficios es el estímulo que se consigue en su atención, pues las artes marciales no dejan de ser coreografías o movimientos totalmente coordinados con un orden. El aprender ese orden de los movimientos a través de rutinas ayuda a prácticamente todos los niños, especialmente a aquellos que padecen TDAH o problemas de concentración, pues se focaliza mucho la atención y también ayuda al desarrollo de la memoria. Toda esta coreografía también le lleva a conseguir un gran autocontrol sobre su cuerpo y mente, el cual requiere de una fuerte concentración.

Por su parte, es un gran mecanismo para enfocar su crecimiento individual porque todas las mejoras conseguidas son personales y no hay una decepción en el equipo, por eso suelen ser deportes atractivos para aquellos niños a los que no les gusta competir al verse expuestos a tener que llegar a un nivel o unas expectativas que el resto tiene sobre él. Esto nos lleva a que ellos mismos alcanzan sus metas u objetivos a su propio ritmo. No todos los niños o adolescentes avanzan de la misma forma y cuando se alcanza un nivel se consigue un cinturón, lo que les motiva para seguir avanzando y lograr sus propios objetivos.

Canaliza su propia energía

El conseguir un nuevo logro o un cinturón de un nuevo color les hace aumentar su autoestima, especialmente en niños con déficit de atención, porque saben que eso que han conseguido lo han hecho con su propio esfuerzo, lo que les lleva a aceptarse a sí mismos mucho más y sentir cierto orgullo. Además, es un gran método para conseguir canalizar el exceso de energía en, por ejemplo, los niños hiperactivos que tienen guardada toda esa energía y necesitan soltarla de alguna forma y esos movimientos les ayudan a ello, así como a alejarse de emociones que pueden ser algo negativas, como el enfado o la frustración.

En relación a su físico, las artes marciales permiten que se conozca mejor su cuerpo gracias a los movimientos, permitiendo un aumento considerable en su coordinación corporal que, a su vez, viene dada por el poder mental que consiguen generar sobre su propio cuerpo.

Aunque podría parecer que el arte marcial en niños y adolescentes solo trae beneficios físicos, que los tiene y son fantásticos para ellos, lo cierto es que su punto fuerte está la parte mental, ayudándoles a conseguir una buena autoestima o un autocontrol que antes no tenían y que desarrollan gracias a la canalización de su energía en estas prácticas. Kárate, judo, taekwondo o taichí son solo algunas de las técnicas o deportes más conocidos y que pueden ser una vía de escape fantástica para los más pequeños.

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