Durante las primeras semanas de vida es muy posible que tu bebé no concilie bien el sueño. Esto se irá modulando hasta que duerman toda la noche, sin interrupción, pero será un proceso largo, que podrá tardar años y que no siempre será fácil de conseguir. Puede que llegue un momento que los padres os sintáis exhaustos y sin saber cómo descansar sin levantarte varias veces por la noche, aún así, tienes que tener claro que se trata de una etapa que pasará. Sí que es cierto que tenemos que saber que los bebés y los niños no están exentos de sufrir algunos trastornos, como el insomnio, aunque, en la mayoría de ocasiones, las alteraciones se deberán a una regresión de sueño.
Descansar es muy importante tanto para mayores como pequeños, por eso, lo más probable es que si no duermen por la noche e invierten ese tiempo en estar activos, luego pedirán descansar durante el día. Esto hará que se forme un círculo difícil de gestionar, sobre todo para los padres, que serán quienes se tienen que adaptarse a estos horarios. Es cierto que llegará un momento en el que el pequeño ya concilie el sueño automáticamente por la noche, siguiendo unas rutinas y pautas, pero aún así, no estará exento de que, en algún momento, se produzca una regresión.
Las regresiones son periodos de tiempo en los que, de repente, un bebé que dormía bien por la noche comienza a tener despertares nocturnos o les cuesta mucho conciliar el sueño. Es muy probable que los padres desconozcan por qué se producen y comiencen a preocuparse.
Estas regresiones de sueño podrán durar entre dos o seis semanas y, pasado este tiempo, lo más normal será que los patrones vuelvan a la normalidad. Por eso, se trata de algo temporal y que pasará, por lo que no habrá que asustarse y habrá que seguir con las rutinas habituales.
Las causas de las regresiones de sueño son variadas y suelen deberse a los llamados hitos del desarrollo. Las edades más típicas donde se puede producir estas complicaciones son a las seis semanas, cuatro meses, de los ocho a los diez meses, doce meses, dieciocho y, otra vez, a los dos años. Eso sí, cabe destacar que no todos los niños sufrirán de estas regresiones de sueño y, muchos menos, pasarán por todas ellas. La más frecuente será la de los cuatro meses, pero esto no quiere decir que una vez superada, no puedan sucederle otras.
Como ya hemos comentado, lo más probable es que estas regresiones de sueño se produzcan por los hitos del desarrollo, que ocurrirán cuando los bebés y los niños pequeños comienzan a practicar nuevas habilidades que pueden causar más inquietudes a la hora de dormir, ya que estarán pendientes y nerviosos de las cosas nuevas que les están sucediendo. Esos hitos que hemos mencionado serán, por ejemplo, girarse y darse la vuelta, sentarse, ponerse de pie, caminar y hablar.
La mayoría de los bebés experimentan un crecimiento acelerado a las seis semanas y este podrá ser la causa de que el pequeño se despierte con más frecuencia, le cueste conciliar el sueño y tenga más hambre. También se producirá a los cuatro meses, cuando no aguante más de una hora dormido y le cueste mucho más conciliar el sueño. Así, aumentará el llanto, la irritabilidad y dormirá siestas más cortas. Esta regresión se producirá debido a un cambio en su ritmo biológico del sueño. La de los ocho o diez meses se dará por el gran desarrollo cerebral, ya que el bebé comenzará a gatear, sentarse, deslizarse y a decir palabras. Además, también le aparecerán sus primeros dientes.
La siguiente regresión del sueño se producirá a los doce meses, edad aproximada en la que comienzan a caminar, y cuando se volverán a reducir las siestas y los pequeños se pueden mostrar más irritables. Además, también se despertarán constantemente. Eso sí, una vez que comiencen a caminar se cansarán mucho antes y gastarán más energía. A los 18 meses puede deberse a la dentición o a la ansiedad de separación. A esta edad comienzan a hacer cosas por sí solos y esta independencia puede hacer que no quieran ir a dormir o quedarse en la cama; es posible, incluso, que aparezcan ataques de genio y lucha para no querer dormir. A los dos años será cuando se produzca, previsiblemente, la última regresión. En esta edad comienzan a ir al baño solos, pasan a una cama de mayores y puede que comiencen a tener pesadillas. Todas las regresiones serán complicadas de llevar, pero has de tener en cuenta que será algo temporal.