Seguro que en más de una ocasión te has cruzado por la calle con un bebé de pocos meses que llevaba un vistoso casco de colores sin que supieras el motivo. No es otro que corregir deformidades de tipo craneal que pueden producirse tras el nacimiento.
En 1992 se comenzó a recomendar a los padres que pusieran a sus bebés a dormir boca arriba con la intención de disminuir el riesgo de muerte súbita del lactante (SMSL). Y según las estadísticas ha demostrado ser una recomendación eficaz ya que los casos han disminuido considerablemente en las dos últimas décadas. Pero, por otro lado, poner al bebé tumbado boca arriba la mayoría del tiempo ha producido un aumento en los casos de plagiocefalia posicional.
Hablamos de plagiocefalia posicional para referirnos a una deformidad craneal que se produce en los bebés por mantener la cabeza apoyada sobre la superficie plana de la cuna (o del carrito, la hamaca o la cama) de manera constante. No todas las deformidades que se producen son iguales: las hay leves, moderadas y graves. El uso de un casco corrector es una de las recomendaciones de los expertos para corregir la plagiocefalia, sobre todo cuando es de carácter grave.
Puesto que se trata de una deformidad causada principalmente por pasar un tiempo demasiado prolongado en la misma postura, los expertos recomiendan que se tomen medidas para evitar que el bebé pase mucho tiempo apoyado sobre una superficie plana.
Una de las medidas es que, manteniendo que la posición sea boca arriba, giremos suavemente y con cuidado su cabecita hacia el lado contrario al que la tenga apoyada. Alternando la posición cada hora o dos horas podemos evitar la deformidad.
También se recomiendan los cambios del modo de transporte, alternando el uso de la cuna y el cochecito por mochilas y pañuelos porteadores o, sencillamente, teniéndole en brazos, sin necesidad de esperar a que llore ni a que esté lactando.
De todas formas, la plagiocefalia también se puede producir, a pesar de estas medidas, porque los huesos de la cabeza no están lo suficientemente fusionados, o incluso nacen con ella por haber estado demasiado tiempo en la misma postura dentro del vientre materno.
Cuando se trata de una plagiocefalia leve, es muy posible que solo con alternar el lado de la cabeza que apoya, reduciendo el tiempo que está en apoyo la parte plana, esta desaparezca con el paso de las semanas. Es una cuestión de observación y de movimientos cuidadosos para conseguir que los huesos de su cabecita estén lo menos aplanados que sea posible.
Otra manera de alternar la posición es conseguir que el bebé mueva por sí mismo la cabeza. Para ello podemos hablarle y cantarle situándonos en el lado de la cuna al que necesitamos que se gire. Y, del mismo modo que evitar que pase mucho tiempo apoyado boca arriba ayuda a prevenir la plagiocefalia, también ayuda a corregirla, así que aprovecha para disfrutar de tener a tu bebé en brazos siempre que puedas y te apetezca.
Más del 20% de los casos de plagiocefalia se consideran graves ya que presentan una deformación de tipo severo. Es entonces cuando los especialistas recomiendan el uso del casco corrector para redirigir cómo crece la cabeza del bebé.
En cuanto a la finalidad del uso del casco hay médicos que opinan que solo es una cuestión estética, pero aunque así fuera, es sencilla de corregir y podemos evitar que nuestro hijo conviva con algo que le gustaría haber podido evitar. Y, ademas, hay estudios que aseguran que los niños con plagiocefalia grave no corregida tienen más posibilidades de tener un peor desarrollo psicomotor que los que la padecen de un modo leve ( o no la padecen).
Los cascos correctores se confeccionan de manera individual para cada bebé. Con un escáner láser 3D se toman las medidas de la forma del cráneo. Se trata de un método seguro para la salud del bebé que garantiza que el casco que se fabrique se adapte a las necesidades específicas de cada niño.
El uso del casco redirige el crecimiento del cráneo del bebé con precisión, dejando espacio para que crezcan las partes aplanadas y conteniendo las que están más prominentes. Todo ello sin apretar la cabeza del bebé y sin causarle dolor.
Para que su uso sea efectivo, los especialistas recomiendan que el bebé lleve el casco todo el día, excepto para el baño (unas 23 horas aproximadamente).
En cuanto al tiempo que puede durar el tratamiento, lo más habitual es que la plagiocefalia esté corregida en 1 o 2 meses, sobre todo si se ha comenzado el tratamiento temprano. En ocasiones, el tratamiento puede prolongarse hasta los 4 meses, y en ese tiempo habría que realizar seguramente un cambio de casco para adaptarse al crecimiento del cráneo del bebé.
El casco corrector solo es eficaz durante la etapa de crecimiento del cerebro, que hace que crezca el cráneo, y esto ocurre hasta los 18 meses de edad.