{{#section.link.href}}
{{section.link.title}}
{{/section.link.href}}
Una prueba ginecológica servirá para identificar el origen de alguna infección vaginal y suelen ser especialmente importantes durante el embarazo. Una de las pruebas más realizadas en el último trimestre será el exudado vaginal, que es una técnica sencilla, no dolorosa, que se realizará en pocos minutos y que, además, podrá ser realizarla en casa.
Esta prueba consiste en la toma de una muestra de la secreción de la vagina y del cuello uterino. Este proceso durará poco tiempo y, además, las molestias ocasionadas serán pocas. Este análisis suelen realizarlo la mayoría de ginecólogos para identificar si hay una infección vaginal.
En condiciones normales, las secreciones vaginales son de color claro o transparente, de consistencia viscosa, homogéneas y tienen un pH ácido. En el caso de que se produzca una infección vaginal, las características de la secreción vaginal suelen cambiar y suelen ser más abundantes, de color blanco, amarillo o pardo. De esta manera, el análisis del flujo vaginal podrá identificar la presencia o no de una infección, del patógeno que la causa y, de esta manera, se podrá realizar el tratamiento más adecuado.
Este tipo de análisis se realiza cuando existe alguna sospecha de infección vaginal o durante el embarazo. En este último caso, el exudado se lleva a cabo de forma rutinaria en las fechas próximas al parto.
Para obtener una muestra buena del flujo vaginal, esta tendrá que ser de aquel lugar donde se acumulan las secreciones. Es decir, el fondo posterior de la vagina. Para acceder en él habrá que colocar un pequeño instrumento, denominado espéculo, que abre la vagina, exponiendo las paredes vaginales y el cuello del útero. Lo más recomendable será que se haga en el canal endocervical, es decir, a través del orificio del cuello uterino. En estos casos, se podrá realizar desde casa.
De esta manera, el hisopo se impregna de las secreciones y, finalmente, se utiliza un tubo donde se encuentra un medio de cultivo que permitirá la nutrición de los gérmenes durante el proceso del transporte al laboratorio.
Lo cierto es que para esto no se necesita ninguna preparación especial. Si se realiza fuera del embarazo solamente habrá que haber terminado con la menstruación unos tres o cuatro días antes, no habrá que tener relaciones sexuales las 48 horas previas y, también, se deberá lavar externamente con agua y jabón. Tampoco será recomendable usar tratamientos tópicos unos siete días antes de la prueba.