Cuando nos quedamos embarazadas comenzamos a controlar cada cambio en nuestro cuerpo. Por eso, hay mujeres que llegan a obsesionarse porque no saben bien por qué están teniendo unos síntomas u otros. Por tanto, será muy importante conocer todo lo que sucede a nuestro cuerpo durante esos meses de cambio, ya que, así, sabremos si está ocurriendo algo realmente importante o solamente se trata de un síntoma más. Porque sí, aunque es poco común, y sus razones no son concretas, sí que se puede dar un aborto espontáneo.
Este suele darse antes de la semana veinte de gestación. En la mayoría de ocasiones esta complicación no se da porque la madre esté realizando algo mal o inadecuado, sino porque el feto no se ha desarrollado correctamente. Se trata de una experiencia que puede ocurrir y que, por tanto, hay que visibilizar. Al igual que el duelo perinatal, los abortos espontáneos han sido tema tabú en nuestra sociedad durante muchos años.
Al menos uno de cada tres embarazos resulta en aborto espontáneo, aunque sí que es cierto que la mayoría de mujeres a las que les sucede no saben que estaban embarazadas. En algunas ocasiones, el óvulo fecundado se implanta brevemente y, más adelante, se pierde. El aborto espontáneo será más frecuente en las primeras seis semanas de gestación y se vuelven menos probables a medida que el embarazo avanza. Sí que es cierto que sus síntomas se podrán confundir con un periodo menstrual normal.
Los signos y síntomas del embarazo espontáneo son bastante concretos. La mujer que lo esté sufriendo tendrá un manchado o sangrado vaginal, sufrirá dolores o calambres en el abdomen o en la parte inferior de la espalda y, también, notará fluidos distintos de su vagina. Eso sí, no todos estos síntomas significan que la mujer esté sufriendo un aborto. Cabe recordar que la mayoría de mujeres presentan manchado o sangrado vaginal durante el primer trimestre y, a pesar de esto, sus embarazos siguen adelante.
Por eso, será muy importante no obsesionarse y acudir a un especialista si vemos que puede estar sucediendo algo fuera de lo normal. Pero, ¿cuáles son las causas de estos abortos espontáneos? La mayoría de ellos se da porque el feto no está totalmente desarrollado. Además, alrededor del 50 por ciento de los abortos están asociados a la falta o al exceso de cromosomas. Con frecuencia, los problemas cromosómicos son el resultado de distintos errores que ocurren, por casualidad, a medida que el embrión se divide y crece.
Estas anomalías cromosómicas pueden conllevar un ovocito marchito, el fallecimiento fetal intrauterino y un embarazo molar y un embarazo molar parcial. En un embarazo molar, ambos conjuntos de cromosomas provienen del padre y está asociado a un crecimiento anormal de la placenta y, por lo general, no hay ningún desarrollo fetal. El parcial se da cuando los cromosomas de la madre permanecen, pero el padre proporciona dos juegos de cromosomas. Además, este se asocia con anomalías de la placenta y un feto anormal.
También, puede ser que la madre tenga desarrollada alguna afección que haga que el embarazo no puede llevarse a término. Este será el caso de la diabetes no controlada, las infecciones, los problemas hormonales, los problemas del útero o del cuello uterino y las enfermedades de tiroides. Sí que es cierto que también habrá mujeres que se encuadren dentro de los grupos de riesgo, como puede ser la edad.
Las mujeres que tienen más de 35 años presentan un mayor riesgo de tener un aborto que mujeres más jóvenes. También, el riesgo se podrá ver aumentado si la mujer ha tenido algún aborto espontáneo anteriormente o si ha sufrido alguna afección crónica. De la misma forma, si la mujer ha tenido alguna afección crónica, problemas en el útero o en el cuello uterino, fuma y consume alcohol o le han realizado algún estudio prenatal invasivo, también tendrá más posibilidades de sufrir un aborto.
Algunas mujeres que sufren un aborto también presentan infección uterina, también llamado ‘aborto séptico’. Los signos son diversos e incluyen fiebre, escalofríos, sensibilidad en la parte baja del abdomen y secreción vaginal con mal olor. Para prevenir, lo más recomendable será que acuda con regularidad a ver a su especialista, también tendrán que evitar los distintos factores de riesgo y limitar el consumo de cafeína.