Precipitarse es un gran error: analizar si un niño está preparado para tener su primer móvil es básico
Nadie mejor que tú conoce a tu hijo: analiza el nivel de autonomía que tiene frente a los estudios, deportes o responsabilidades propias de su edad y determina si está preparado para tener su primer smartphone
Precipitarse en la compra de un móvil puede ser contraproducente en el adecuado desarrollo del adolescente
La adolescencia es un periodo de transición entre la niñez y la edad adulta, en la que nuestro hijo se encuentra inmerso en unos continuos cambios físicos y en la búsqueda de su propia identidad y autonomía.
Un proceso que, en ocasiones, puede resultar complicado de atravesar tanto para él, como para ti y que puede potenciarse cuando el factor tecnológico irrumpe en esta etapa.
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Y es que en plena era tecnológica, el smartphone es la petición estrella de los niños a sus padres. Es cierto que los expertos consideran no precipitarse en la adquisición de este gadget, por los efectos negativos que tiene sobre los menores. No obstante, antes o después tendrás que comprarle un móvil a tu hijo y necesitarás saber cómo proceder.
El momento ideal para comprarle el primer móvil
Es una de las preguntas del millón que todos los padres se hacen en un momento de sus vidas y también uno de los mayores quebraderos de cabeza, ya que las nuevas tecnologías traen consigo una serie de riesgos que pueden ser contraproducentes para el correcto desarrollo del adolescente: acceso a contenido sensible, contacto con personas que se hagan pasar por otras, vulneración de su propia intimidad…
Es por ello por lo que, los expertos y psicólogos consideran fundamental analizar el nivel de autonomía que tiene el adolescente frente a los estudios -o deportes que practique-, así como a los hábitos de higiene, de alimentación y de orden o cuidado con sus propias pertenencias.
Factores clave para determinar la edad óptima para comprarle al menor su primer smartphone que, según los expertos, debe haber cumplido los 13 años o estar en la recta final de los 12. Siendo muchos los que aconsejan que los 16 años es la edad más adecuada.
¿Está tu hijo preparado para tener un smartphone?
Cada niño es un único y diferente -lo que le convierte en un ser especial-, y tú mejor que nadie le conocerás y podrás apreciar la madurez o inmadurez que le caracteriza. Podrás hacerlo observándole a la hora de demostrar su capacidad para: llevar a cabo tareas establecidas, expresar sus sentimientos, asumir responsabilidades ante los errores que cometa, acatar órdenes e incluso para servir de referencia a sus otros hermanos.
Algunos de los ejemplos que los psicólogos plantean para determinar que un menor no está preparado para asumir la responsabilidad que conlleva tener un teléfono móvil, son:
- Cuando olvida tomar nota de los deberes para el día siguiente y delega en su madre o padre para que le resuelvan el asunto, poniéndose en contacto con otros padres.
- Cuando llega a casa tras una jornada de deporte con la mochila repleta de ropa sucia y no se molesta ni siquiera en vaciarla para dejarla en el cesto de la colada, delegando nuevamente en sus padres.
- Cuando se despreocupa totalmente de las tareas del hogar -poniendo la mesa, limpiando su cuarto, ordenando su ropa- y hay que insistir continuamente en que colabore en casa.
No caigas en el chantaje emocional
Si tu hijo llega a casa pidiéndote un móvil porque es el único de su clase que no tiene uno -haciéndote creer que va a estar incomunicado-, es muy importante que identifiques la forma de basar su felicidad en la comparación de lo que ocurre a su alrededor. Es posible que en otros momentos de la vida te has dejado arrastrar y has sido una persona permisiva con sus caprichos e intereses. Por lo que, si consideras que no es el momento más apropiado o recomendable para comprarle un smartphone niégate y házselo saber. Y es que, saber decir no es una práctica muy valiosa que muy pocos son capaces de llevar a cabo.
Pacta el tiempo que use el móvil
Si finalmente decides que es hora de que tu hijo tenga su propio teléfono, ya que cuenta con la edad o la madurez suficiente como para acarrear con la responsabilidad que conlleva tener uno. El paso previo a la compra es pactar con el adolescente el tiempo que podrá usarlo, de esta forma evitaréis auténticos dramas y tensiones continúas en casa por este tema.
No es cuestión de reduccionismo -descargando en el dispositivo una aplicación que controle el consumo de datos o limite el acceso a internet-, sino de educación. Dialoga, razona, escucha los argumentos de tu hijo, preséntale los tuyos y llega a un acuerdo con él. Comprenderá que estás poniendo de tu parte y el mensaje acabará calándole, hasta el punto de interiorizarlo, respetarlo y mantenerlo sin rechistar.
Una opción recomendable para evitar generar conflicto, por el tiempo que pasa con el gadget entre las manos, es establecer un contrato que paute los compromisos de buenas prácticas y las consecuencias que conllevarán incumplirlo.
Trabaja y logra que la vida de tu hijo sea rica en experiencias vitales y su tiempo no recaiga plenamente en lo digital, solo así conseguirás que se convierta en un adicto al móvil.