Sin miedo al frío: consejos para portear a tu bebé en invierno
Cuando llega el frío es posible que nos entren dudas acerca de si es posible seguir porteando a nuestro bebé a pesar de las bajas temperaturas.
Te contamos cómo hacerlo de manera segura para que ni el bebé ni tú paséis frío y podais seguir disfrutando del porteo durante el invierno.
Al llegar el invierno es normal que nos preguntemos si el porteo sigue siendo adecuado para llevar a nuestro bebé sin que pase frío, sobre todo si se trata de un recién nacido. Acertar a la hora de vestir al bebé, pero también a nosotras, para poder seguir porteando a pesar de las bajas temperaturas puede traernos algún que otro quebradero de cabeza.
Pero llevar a cuestas a nuestro bebé es tan seguro en invierno como el resto del año. Eso sí, es importante tener en cuenta algunos consejos para que la experiencia sea todo un éxito y os resulte a ambos tan cómoda como deseais.
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Nuestro abrigo, al final
Podría parecer bastante lógico que el saquito de porteo sea lo último que debemos ponernos por encima, ya una vez que nos hemos abrigado, pero no es así. Para que el porteo sea seguro y cómodo para el bebé es fundamental que entre su cuerpo y el nuestro haya el menor número de capas posibles. De esta manera el contacto cuerpo a cuerpo es mayor. Además, si lo pensamos bien, ajustar el porteador sobre prendas anchas de abrigo no tiene nada de cómodo y es difícil asegurar un buen ajuste.
Si ponemos el abrigo en el último lugar podemos abrigar también al bebé, y quitarlo con comodidad si entramos en algún sitio cerrado en el que la temperatura es lo suficientemente alta como para hacerlo.
No hay que sobreabrigar al bebé
Aunque nuestra principal preocupación sea que el bebé no pase frío, no hay que olvidar que las capas del portabebé también le protegen, además de tu cuerpo y el abrigo que lleves encima. Lo ideal es vestirlo con diferentes capas que nos permitan ir añadiendo y quitando en función de cómo varíe la temperatura.
También debemos prestar atención al bebé, porque no todos son iguales y algunos pueden sentirse muy acalorados e inquietos con determinada cantidad de prendas, mientras que otros necesitarán una capa extra de abrigo. Si el bebé ya es grande puedes probar directamente con una cazadora abrigada o un buzo.
Lleva contigo una prenda extra de abrigo
Puede servir con una mantita o una muselina. Ha de ser algo cómodo de llevar que nos permita abrigar al bebé si entramos en un sitio cerrado en el que hay que sacarle del porteador, pero la temperatura no es muy alta y puede llegar a sentir un frío repentino.
Es importante evitar los cambios bruscos de temperatura y para ello solo necesitas cubrirle cuando notes que esto puede ocurrir. Del mismo modo, puedes usar esa prenda para darle algo de abrigo extra si llevas el tiempo suficiente fuera como para que la temperatura haya bajado de manera evidente y la ropa con la que habéis salido es insuficiente.
Utiliza accesorios
Cuando el frío es extremo tenemos que asegurarnos de que el bebé no coge frío, pero sin que sea necesario cubrirlo por completo. Un bebé bien abrigado resiste el frío sin problemas y es más fácil que quiera ir viendo lo que ocurre en la calle que tapado por completo con el portabebé. Un gorro, unos calentadores o unas manoplas le permitirán ir abrigado, pero también tener libres la cabeza, los brazos y las piernas.
Cómo vestir al bebé
Como hemos dicho, lo más sencillo es vestirle con varias capas, sobre todo si es pequeño. Comienza con un body de manga larga confeccionado con un tejido natural, como el algodón. Para las pies, elige una bota calcetín de puño alto para que vaya cómodo y abrigado. Para los bebés que ya caminan es preferible elegir un modelo con suela antideslizante. Si hace demasiado frío puedes ponerle un calcetín debajo de la bota.
Para las piernas puedes utilizar un accesorio típico de los 80 que es todo un hallazgo para vestir a los bebés: los calentadores, que te permiten abrigarse las piernas hasta la ingle y no hay que quitarlos para el cambio de pañal. Si te haces con algún par de más, también puedes utilizarlos para que lleven los brazos calentitos, sobre todo si son bebés movidos.
El resto de la ropa ha de ser holgada y cómoda, para ajustarle bien dentro del portabebé sin limitar sus movimientos.
Cómo puedes abrigarte tú
Vestirte por capas es también una buena opción para ti. Si le estás amamantando, la ropa de lactancia te permitirá seguir dándole el pecho también cuando vaya en el portabebé.
Para abrigarte existen diferentes prendas especiales para el porteo, como sudaderas y polares, pero puede que un abrigo de porteo se convierta en tu must Muchos de estos abrigos ya puedes utilizarlos desde el embarazo y sirven también para portear por la espalda.
El cobertor de porteo es una pieza que sirve para cubrir al bebé y que puede permitirte llevar tu propia ropa de abrigo e intercambiarla con cualquier otro adulto que se vaya a encargar del porteo. Funciona como una manta, pero más ajustada y puede serte de gran utilidad. El mayor inconveniente que presentan es que no son muy cómodos para portear por la espalda.