Cuando un bebé nace podemos observar que tiene más pelo de lo normal. A esta capa fina de vello del recién nacido, se le denomina lanugo. Su función es simplemente la de proteger y, además, todos los bebés lo tienen. A la mayoría de ellos se les cae antes del nacimiento, pero otros vienen al mundo con más cantidad de pelo y no nos tendremos que preocupar.
Hay algunos pequeños que nacen con mucho vello largo y oscuro, sobre todo en algunas zonas de la espalda y los hombros. También, puede aparecer en el rostro o en las orejas y es por eso que muchos padres suelen sorprenderse al ver tal cantidad de pelo en el cuerpo de sus bebés. Pero esa fina capa de vello será algo totalmente normal. Es más, en aquellos bebés prematuros será más frecuente, ya que, debido a su edad gestacional, no ha dado tiempo a que se cierre el ciclo natural del proceso de desprendimiento.
Será la genética la que intervenga en la cantidad de vello con el que el bebé viene al mundo. Así, si los padres son velludos o tienen el pelo oscuro será más probable que el niño nazca con esta fina capa de pelo. Hay neonatos que apenas tienen lanugo, pero habrá otros que tengan una infinidad y, sobre todo, en zonas concretas, como puede ser la espalda. Además, no habrá que hacer nada para deshacerse del lanugo, sino que se desprenderá solo del cuerpo en las primeras semanas de vida.
Es importante saber que no tiene nada que ver con, por ejemplo, la vérnix caseosa, esa fina capa de grasa blanquecina que recubre la piel del bebé. Esta tiene una función más protectora y sirve para hacer frente a las distintas agresiones externas, así como sustancias irritantes. También, ayuda a que el feto mantenga una temperatura estable y adecuada, evitando la deshidratación, la humedad y el frío dentro del útero. De la misma forma, también será fundamental en el momento del expulsivo, ya que el unto sebáceo ayudará a que el feto se resbale mejor por el canal de parto.
También se ha hablado de que el lanugo puede tener estas propiedades, aunque no se ha comprobado en ningún estudio científico. El lanugo comienza a aparecer, primero, en la cabeza del bebé, alrededor de la semana 15 o 18 de embarazo y hacia la semana 22 ya recubre toda la piel del bebé. Esta fina capa de pelo suele desaparecer, casi por completo, en la semana 38 o 40, excepto en la parte superior de los brazos y de los hombros. De esta manera, queda suspendido en el líquido amniótico, flotando.
Así, una vez que han venido al mundo, el lanugo será algo meramente estético y se irá desprendiendo por sí mismo en las primeras semanas o días después del parto. Durante su caída será normal que se observen pequeñas calvas o calvicie total en algunas partes del cuerpo del bebé. Esto se debe a que el roce hace que el lanugo desaparezca.
Por tanto, esta capa de vello no requerirá ningún tratamiento o cuidado especial y se caerá solo, siguiendo el proceso natural de su cuerpo. Además, bajo ningún concepto, habrá que plantearse algún tipo de depilación. La piel del bebés muy delicada y, por eso, habrá que tener mucho cuidado y dejar que el cuerpo siga su proceso normal.