El colecho es una práctica muy extendida en los últimos años. Se trata de que los niños duerman junto a sus padres en la misma cama hasta una determinada edad. Suele comenzar cuando el recién nacido llega a casa, pero se puede alargar hasta los doce o trece años. Otra opción de colecho muy utilizada cuando no se quiere meter al bebe en la cama es la cuna de colecho, que esta está pegada a la cama de los padres y se abre a ella tras quitar una de sus padres. Así, la cuna hará que los padres puedan estar en permanente contacto con el niño sin tenerlo dentro de su cama. Además, al bebé se le dará cierta independencia, pero sabiendo que sus padres están cerca.
Con la cuna de colecho evitarás caídas, así como ahogos del bebé. Practicar el colecho en un espacio reservado para el bebé evitará que pueda caerse o que puedas ponerte encima sin darte cuenta, ya que dormirá en su propio colchón. También, lograrás calmar inmediatamente a tu hijo; muchas veces solo necesitan comprobar que no se encuentran solos y una simple caricia bastará para evitar su desconsolado llanto.
Si tienes al bebé cerca será muy fácil que lo toques rápidamente. Además, si estás dando el pecho, este tipo de cuna hará que puedas alimentar al bebé más fácilmente, ya que tendrá tu pecho más cerca. Esto supondrá también aliviar el llanto del bebé de forma casi instantánea.
Teniendo al bebé en una cuna de colecho es más fácil y probable que durmáis mejor. Cuando reclame tu atención podrás calmarlo de forma más fácil y rápida, lo que hará que mejore vuestra calidad de sueño. La proximidad a tu bebé regulará mejor su temperatura, sus niveles hormonales, estabilizará su ritmo cardíaco, su respiración y fortalecerá el vínculo afectivo. Así, para practicar este tipo de colecho necesitarás una cuna específica para ello. El principal problema que puedes encontrar es que en el mercado hay una variedad algo reducida de este tipo de cunas.
Ante todo, hay que tener claro que decantarse por el colecho es una decisión tan válida como no practicarlo; e igualmente, hacer el colecho en la cuna no será ni mejor ni peor que hacerlo en la cama, sino una forma distinta de practicarlo. El colecho trata de encontrar la forma más cómoda para la familia, por lo que tendréis que ser vosotros quienes estipuléis qué tipo preferís y dónde preferís realizar esta técnica.
Si optas por una cuna de colecho verás que es una solución cómoda e inmediata para facilitar el descanso nocturno y facilitar la lactancia nocturna. Sin embargo, tendrás que encontrar aquella cuna que más se adapte a vosotros -y a vuestra cama-.
El primer paso es buscar una cuna de colecho que sea segura. Una cuna de colecho debe tener unos buenos sistemas de anclaje a la cama, un colchón lo suficientemente cómodo para el bebé y unos barrotes o paredes suaves y con un tacto agradable. Será mejor si te haces con ella en una tienda especializada donde puedas recibir opinión especializada y donde te den una garantía del producto.
También será recomendable que busques una cuna de colecho con suficiente espacio para el bebé. Una cuna demasiado pequeña se puede quedar corta enseguida y hará que el bebé se vea apretado y no tenga suficiente espacio para descansar correctamente.
Piensa que una cuna de colecho se utilizará durante un tiempo largo, por lo que se tendrá que ajustar al tamaño y peso del bebé. También es importante, si finalmente decides comprar una cuna de colecho, que fijéis un presupuesto y lo respetéis. Cuando tenemos un bebé, los gastos van aumentando con el paso de los meses y, a veces, perdemos el foco de los productos que son realmente importantes.
Como hemos comentado, los beneficios de las cunas de colecho son muchos, pero también es cierto que puede presentar algunas desventajas. El hecho de que el bebé comparta espacio con sus padres puede generar cierta dependencia, lo que hará que sea más difícil separarlo de nosotros cuando decidamos que ya es hora de que abandone la cuna y se vaya a su propia habitación.
Por otro lado, el ruido que generen los padres al dormir, como ronquidos o respiraciones fuertes, puede afectar a la calidad de sueño de los bebés, haciendo que se despierten con mayor frecuencia. Además, el bebé podrá asociar las horas de sueño con estar con sus padres, algo que puede acarrear problemas a largo plazo.
El hecho de que el bebé comparta espacio de descanso con sus padres generará una pérdida de intimidad entre los padres. También, el niño podrá demandar más comida al sentir que su madre está cerca, provocando que se despierte un mayor número de veces durante la noche, dificultando su propio descanso y el de sus padres. Por tanto, sopesando toda la información y valorando todas las opciones existentes, será vuestra la decisión de instalar una cuna de colecho o decantaros por cualquier otra opción que se adapte mejor a vuestras necesidades.