Como padres siempre buscamos una educación positiva para nuestros hijos para que mientras crecen vayan adquiriendo habilidades, valores o sentido de la responsabilidad hasta que llegan a la adolescencia, la edad más complicada. La llamada edad del pavo es en la que más rebeldía muestran, por eso mismo es importante instaurar una disciplina positiva desde pequeños en la que haya entendimiento con los padres y una buena comunicación. También es una época en la que el dinero comienza a formar parte de su vida, salen más y, por tanto, tienen sus propios gastos y saben que, si quieren algo, hay que pagarlo. Por eso mismo muchos padres deciden apostar por una paga semanal o mensual. Saber qué cantidad darles y enseñarles a gestionarlo son algunas claves para que la paga sea beneficiosa en tu hijo.
Cuándo empezar a darles la paga es el eterno dilema. Se suele recomendar comenzar antes de la adolescencia, cuando tienen unos 8 años. Puede que aún no sean plenamente conscientes de qué es caro y qué es barato, pero ya te han acompañado durante años a la compra o a cualquier tienda y saben que si algo quieren deben pagarlo. Por eso a esas edades se les puede dar un par de euros, no más. Durante ese periodo no van a comprar más que unas chuches o unos cromos coleccionables. Aún así, es importante enseñarles a ahorrar, si esta semana tienen 3€ enséñales a no gastarse todo y dejar una parte para ahorrarla en una hucha y así en un futuro poder comprarse un capricho.
Cada cuanto darles la paga es la otra gran incógnita, pues en los más pequeños se recomienda hacerlo de forma mensual o quincenal, ya que realmente no tienen grandes gastos, pero cuando llega la adolescencia el mecanismo debe cambiar un poco. Su vida social es mayor, quedan con sus amigos, van al cine… pero también hay ciertos peligros ahí fuera sobre los que no se tiene un control total, como el tabaco y el alcohol. Por eso mismo la paga semanal es lo ideal, controlando la cantidad para que ellos mismos se administren adecuadamente. Por ejemplo, unos 10€ semanales.
Pero esta paga también debe ser un incentivo. Además de aconsejar que la paga se les dé siempre el mismo día, también debe tomarse como una recompensa, no como algo que tienen asegurado. Ayudar en las tareas de casa es primordial, siempre adaptadas a su edad. Si las cumplen tienen su paga, e incluso alguna vez se les puede dar un plus como recompensa, pero si no cumplen deben ser conscientes de que ese dinero que reciben se va a ver reducido.
La paga puede traerles grandes beneficios, el principal ya lo comentábamos: aprender a ahorrar. Saben que tienen un dinero limitado por cierto tiempo, por lo que gastarlo en lo primordial es lo idóneo, así cada semana les puede sobrar algo que puede ir a la hucha y así tener sus propios ahorros para futuros imprevistos o caprichos que se quieran dar con su propio dinero. También comenzarán a valorar más las cosas, pues se darán cuenta que ganar un sueldo requiere de un esfuerzo, en su caso llevar bien los estudios y colaborar en las tareas de casa.
Pero ojo, que a veces se les puede despertar un sentimiento que hay que evitar: la avaricia. Querer cada vez más puede suponer un problema, por eso mismo la paga siempre debe ir marcada a su edad y sus necesidades, junto a unos incentivos puntuales que no deben ser recurrentes.
Es muy frecuente que tras una visita a casa de los abuelos estos les den una cantidad de dinero a los nietos o que cuando ya son algo mayores sustituyan los juguetes como regalo de cumpleaños por un sobre con dinero. El problema viene cuando las cantidades son altas, si el niño aún es pequeño es mejor que se lo guardes tú, pero si es un adolescente debes prestar atención a cómo lo gasta. Probablemente si ya ha instaurado una costumbre de ahorro no lo gastará todo, pero en ocasiones se pueden ver superados al ver entre sus manos una cantidad de dinero más grande de lo normal.
Por eso mismo, cuando se ve que ellos mismos no saben administrarlo de forma correcta lo ideal es que sean los padres los que se ocupen de írselo dando en pequeñas dosis hasta que ellos mismos sepan gestionarlo adecuadamente sin gastarlo todo de golpe.
Intentar que le den al dinero la menor importancia es complicado, pero no imposible, la paga deben verla como un dinero que les dota de cierta “independencia” para sus cosas del día a día o para poder ir una tarde al cine sin tener que pedirles dinero a los padres.