Si tienes un hijo es muy probable que hayas oído hablar de la estimulación temprana. Pero, realmente, ¿qué es y cómo se realizan las actividades que tienen que ver con esta práctica? Lo primero que hay que saber es que la estimulación temprana debe comenzar en casa, donde el pequeño se sentirá a gusto y seguro. Además, desde el nacimiento hasta los tres años serán los momentos más adecuados para que el pequeño pueda comenzar con esta estimulación. Sí que es cierto que existen centros especializados para realizar estas actividades, pero también se podrá llevar a cabo desde casa.
La estimulación temprana tiene el objetivo de aprovechar la facilidad de aprendizaje y la capacidad de adaptación del pequeño. De esta manera, se intentará sacar el máximo partido a sus capacidades psíquicas, emocionales, motrices y sociales. Además, durante este periodo, los niños tienen una gran capacidad neuronal, que hace que absorban todo lo que han aprendido. Por tanto, este se convierte en el momento idóneo para realizar ciertas actividades que conllevarán unas mejoras en el desarrollo de sus capacidades.
Además, la estimulación temprana favorecerá el desarrollo de las conexiones neuronales, lo que supondrá una mejor capacidad cerebral que permitirá el mejor acceso y el aprovechamiento de los aprendizajes a lo largo de su vida. Su finalidad será, también, la de fomentar las relaciones paterno-filiales, lo que provocará en el niño el crecimiento de su equilibrio emocional y de unas armoniosas relaciones interpersonales. Cuando los pequeños se sienten queridos y escuchados tendrán una mejor y mayor autoestima y confianza.
Esta estimulación tendrá que conllevar respeto. Por tanto, el pequeño necesitará que se le digan palabras bonitas con acciones y gestos. Desde ahí se procederá a construir su realidad y serán capaces de mirar al mundo que les espera con cierta alegría, seguridad, capacidad, ilusión y desde una perspectiva más positiva y con más ganas de crecer. Para que los pequeños se sientan importantes y queridos habrá que hablarles con un tono de voz calmado y siempre intentando entender cómo se comportan. Con este tipo de actitudes llegaréis a realizar actividades encaminadas al desarrollo de sus distintas potencialidades.
Será muy importante que dejemos ser a cada niño cómo son, con su personalidad y respetando sus tiempos y su forma de ser. Eso sí, habrá que ir poniendo límites y dejándoles claro aquello que está bien y lo que no. Lo siguiente será que aprenda a ser a través de sus actos e irán aprendiendo de todo lo que tiene a su alrededor. De la misma forma, habrá que dejarle experimentar y el pequeño deberá probar, ensayar, decidir, explorar y facilitar ese sentido común.
Si quieres practicar esta actividad sensorial con tu pequeño, lo más recomendable será que comiences con un par de ideas. Por ejemplo, será muy importante favorecer la exploración sensorial, que hará que se despierte su curiosidad. Habrá que dejar que el pequeño descubra su alrededor por él mismo y, así, querrá continuar haciéndolo. Además, también será muy importante que se posibilite ese movimiento físico ajustando las distintas actividades a su edad. Así, cualquier actividad de audición y visión favorecerá su concentración y su atención.
Tampoco habrá que olvidarse de lo importante que será comunicar bien, ya que el pequeño irá asimilando distintos tonos de voz, palabras y sonidos. De esta manera, se producirá un buen desarrollo de su pensamiento y de su lenguaje. De la misma forma, habrá que tener en cuenta, como ya hemos comentado, que será esencial motivar y felicitar al pequeño. Cuando él sienta que se festejan todos sus logros, esto le motivará para esforzarse y que siga consiguiendo las cosas. Además, de esta manera se estará desarrollando su autoestima y sociabilidad.
Lo mejor será comenzar con estas actividades cuando veamos que el pequeño está preparado. Así, habrá que reforzarla con pensamientos positivos y que hagan que el bebé se encuentre lo más a gusto posible. Por eso, antes de que lo aprendan en la escuela será ideal que también lo hagan en casa. Será muy importante buscar un lugar en el que se sientan cómodos, sin miedos y, sobre todo, seguros. Después de eso habrá que ir adaptando las actividades teniendo en cuenta cómo se va desarrollando.