"La noticia me la dio Carmen por teléfono: 'Papá, va a venir la cigüeña', me dijo. Llamé por teléfono a casa para decir a qué hora llegaba a comer y se puso ella", ha contado él mismo. Llevábamos tiempo buscándolo porque la pequeña y Cayetana se llevan mucho tiempo que la pequeña es casi como si fuera hija única y no queríamos que se quedara solita", han confesado ambos en la revista.
"Nadie sabe la ilusión que nos hace, estoy como loco".
"Este es un embarazo peor que el anterior, tengo más náuseas y más cansancio", ha confesado Lourdes. "Vivo este embarazo con muchas ganas, aunque la ilusión es diferente. Estoy más calmada y más tranquila".
"Estoy convencido de que va a ser niña, creo que solo sirvo para hacer niñas", ha dicho él. "Ya con Cayetano y Kiko el apellido Rivera está a salvo".
"No está muy convencida. Dice que para qué quiere otro bebé en casa si ya tiene al primo Cayetano. Que ella no necesita bebés en casa", ha explicado Lourdes.
"No me cambio por nadie en el mundo. Se lo digo a Lourdes cada día".
"Mi mujer es el timón de un barco, es la que nos guía. Yo soy el casco y mis hijas son las velas, las que te impulsan, te animan, te motivan para luchar. Ahora tendremos una velita más en nuestro barco"
"Me encanta estar con Carmen y ocuparme de ella. me encanta bañarla, pero lo que me gusta menos es darle de comer. A ella le gusta y me da un poco de pereza. (...). Vemos 'El Rey León' cuatro veces al día".
"Cayetana e suna niña fantástica. Está en una edad complicada. Creo que podría hacer lo que ella quisiera, pero tiene que convencerse de que en la vida hay que sacrificarse (...). Lo único que pido es que se mantenga lejos de la droga. Eso es incontrolable, no lleva a ningún sitio y destroza a la familia".
"Era superniñero, lo que más le gustaba del mundo era jugar con nosotros. Hubiera disfrutado y hubiera sido un abuelo muy malcriador, igual que mi madre. Mi madre hubiera malcriado a Carmen. A Cayetana la malcrió todo lo que pudo. Pero, como no está, Carmen tiene a su abuela Lourdes y tiene a Ani, a nuestra nani de toda la vida, que le ha cambiado el nombre y le ha puesto Nana (…). Yo creo que se han reencarnado ahí mi madre y mi padre", ha explicado Francisco.
"Echo de menos estar delante del toro, los días previos a la corrida, esa tensión brutal, ese estado de ansiedad, ese miedo y angustia tan especiales".