Embriones no transferidos: qué son y qué sucede con ellos
La transferencia embrionaria es la colocación de un embrión dentro de la cavidad uterina.
Se lleva a cabo en procesos de Fecundación in Vitro, como el método ROPA. Con los embriones no transferidos se podrá tomar diversas decisiones, como congelarlos o donarlos.
La transferencia de embriones hace referencia a la colocación de un embrión, o varios, dentro de la cavidad uterina. Se trata de un proceso totalmente indoloro que se hace sin anestesia. Eso sí, la paciente deberá tener la vejiga llena, ya que la transferencia se realizará ecoguiada. Por eso, para saber dónde se coloca embrión y para ver el útero habrá que realizar una ecografía abdominal y, por ello, la vejiga nos ayudará a ver el útero, que se encuentra debajo de esta. Como ya hemos comentado, no tendrás que notar ninguna molesta, aunque sí podrás notar ganas de orinar o cuando te colocan el espéculo. La transferencia embrionaria será el proceso fundamental del método ROPA, donde los embriones que no se transfieren y se criopreservan para un futuro.
La transferencia embrionaria en el método ROPA
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El método ROPA es una de las variantes de la Fecundación in Vitro (FIV) y se trata de un método para que las parejas de mujeres puedan acceder a una doble maternidad biológica. La mujer A, la madre ovodonante, se somete a una estimulación ovárica. Posteriormente, se extraen los óvulos, entre seis y diez, y se fecundan en el laboratorio con semen de donante anónimo. Con la fecundación in vitro se consigue generar embriones. Los biólogos son los encargados de evaluar y observar su desarrollo en la incubadora y, entre tres o cinco días más tarde, se transferirá el embrión con el mejor pronóstico de implantación hasta el útero de la mujer B. No será posible transferir todos los embriones obtenidos debido a varios factores.
Cuántos embriones se transfieren
El primero de ellos será que se deberá intentar evitar un embarazo múltiple, por lo que se transferirá un único embrión, siempre que sea posible. Es decir, sin comprometerse con las posibilidades de éxito. Por su parte, cabe destacar que este procedimiento está regulado por Ley. La ley española sobre las técnicas de reproducción humana asistida (Ley 14/2006) permite la transferencia de un máximo de 3 embriones. Además, será la pareja quien decida el número de embriones que se transferirán, junto con las recomendaciones de los especialistas. Lo que más se recomienda es que sean uno o dos embriones y, solo en aquellos casos con mal pronóstico, es cuando se transfieren tres embriones. Tras la transferencia embrionaria, el resto de los embriones se vitrifican y se quedan bajo la custodia del centro de reproducción asistida.
La optimización de las técnicas de congelación embrionaria que ha tenido lugar en los últimos tiempos hace posible criopreservar los embriones sobrantes sin comprometer sus tasas de supervivencia. Estos últimos años se están incrementando las criotransferencias, es decir, las transferencias de embriones congelados a un lugar “fresco”, para dar tiempo a preparar el endometrio de la mujer receptora. La elección del número de embriones que se desean transferir no será la única decisión que debe tomar la pareja. También, las mujeres tendrán que tener claro qué hacer con los embriones no transferidos.
Qué hacer con los embriones no transferidos
Según lo que apunta el artículo 11 de la Ley 14/2006 de técnicas de reproducción asistida en España: “Los preembriones sobrantes de la aplicación de técnicas de fecundación in vitro que no sean transferidos a la mujer en un ciclo reproductivo, podrán ser crioconservados en los bancos autorizados para ello”. Además, esta ley también especifica las cuatro opciones que tendrá la pareja en lo que respecta a los embriones congelados. Lo primero es que se pueden destinar a utilización propia, ya sea porque el primer intento haya sido fallido o porque más adelante quiera ampliarse la familia. Esta opción te permitirá realizar otra transferencia embrionaria sin necesidad de volver a pasar por la estimulación o punción ovárica, que es tan incómoda.
La otra opción será la de donar a otras mujeres o parejas con fines reproductivos. En este caso, la mujer ovodonante no puede tener más de 35 años en el momento en el que se realizó el método ROPA y que no sea portadora de enfermedades hereditarias. La pareja receptora realizará una adopción de embriones y siempre se garantizará el anonimato por las dos partes. La siguiente opción será una donación con fines de investigación y, también, el cese de su conservación. Este último solo podrá efectuarse cuando ambas ya han finalizado su etapa reproductiva y cuando se tengan unos 45 o 50 años de edad.